Hubo un tiempo –no hace tanto– en que los que querían escuchar jazz o swing en Buenos Aires iban a dos o tres lugares, siempre los mismos, a sentarse a comer picadas y mover el piecito mientras la orquesta hacía lo suyo. Las velas se apagaban a eso de la medianoche y después cada cual a su casa. En algún momento pasó que la cultura rock se puso a devorar géneros musicales, y el swing también estaba en el menú. Quizás por eso no llama tanto la atención ver a un trío de chicas que hacen música de los años ‘30, con formación de guitarra, contrabajo y trombón, y una actitud rockera que convoca a públicos de distintos palos: los nerds de género y los que, sin edad, van a la eterna pesca de algo que los conmueva, sin que importa tanto si es rock, cumbia, minué, jazz o folk. Ellas son las Bourbon Sweethearts y presentarán su primer disco, Got a Minute, que fue producido artísticamente por Matías Martinelli y tiene siete composiciones propias y cuatro covers, el jueves 16 de mayo en Sirhan Palermo.
Las Bourbon vienen de dar un show en Paraná y se quedaron sorprendidas con el menjunje que se armó de gente: jazzeros entrados en años, queriendo escuchar las músicas de sus tiempos felices, y pibes y pibas muy intrigados, con ganas de bailar hasta tarde. “Tenés que tener fuego: no hay bata, el groove está ahí, lo tenemos que resolver entre las tres”, cuenta Cecilia Bosso, la contrabajista. Completan el trío Mel Muñiz (también frontwoman de la Familia de Ukeleles) en guitarra y Agustina “Poro” Ferro en trombón.
El grupo arrancó hace poco más de dos años, y en su formación original no tenía trombón sino un violín a cargo de la belga Nele Paelinck. Más adelante ella volvió a Europa y fue reemplazada por la Poro Ferro, que venía del septeto de jazz Oído Obsoleto y de bandas como La Cresta de la Olga, de cumbia colombiana. Al incorporar a una trombonista, buscaban además a alguien que supiera cantar, porque así lo requiere el estilo de arreglos vocales de la década del ‘30, llamado close armony, donde las tres voces deben marchar cerca entre sí para avanzar en un acorde cerrado. Y el glissando del trombón, al igual que el del contrabajo, también tenía su encanto. “Es un instrumento que puede ser muy dulce, pero si la tenés que pudrir la pudrís”, avisa la Poro.
Lo interesante de Bourbon Sweethearts es que no cae en el lugar común de la estética vintage. “La gente a veces relaciona la música de época que hacemos con lo pin up de los años ‘50, y no somos vintage ni pin up”, explica Muñiz. Las influencias de la banda van bastante más atrás, en ensambles vocales que brillaron un par de décadas antes, como el de las hermanas Boswell, las Andrews Sisters o los Mills Brothers. “A mí también me fascina Billie Holiday”, aclara Bosso.
“En cierta forma ya está todo hecho: jazz, funk, blues, soul, rock; todo tiene un hilo conductor y las influencias se entrelazan”, explica la guitarrista, que en su pasado musical acredita una banda en la que hacían temas de Frank Zappa y Living Colour. Ninguna de las tres, de hecho, viene estrictamente del jazz. Durante mucho tiempo se pasearon muy tranquilas por géneros como ska, rock, música surf y punk, por citar los básicos. La versatilidad musical del trío hace que toquen tanto en el circuito under porteño como en ciclos de género: el año pasado participaron del Festival de Jazz de Porto Alegre y el mes que viene viajan otra vez a Brasil a presentar Got a Minute el 29 de mayo en la ciudad de São Pedro.
* Bourbon Sweethearts presentará Got a Minute el jueves 16/5 a las 21 en Sirhan Palermo, Gorriti 5568. Y todos los jueves de junio a las 21 en Thelonious Club, Nicaragua 5549.