La abogada Giselle Robles –ex defensora de Leonardo Fariña– prestó una explosiva declaración ante el juez Alejo Ramos Padilla en Dolores. La letrada dio el nombre de la abogada cuyo apellido empieza con la letra G. que fue la encargada de preparar el guión de Fariña para que hable sobre la obra pública en la causa sobre lavado de dinero. G es una especialista en derecho de obra pública, trabaja en lo que fue el Ministerio de Planificación, y tiene los memorándums que envió, donde le explicitaban a Fariña lo que debía declarar. La abogada G., además, estuvo dos veces en el departamento de 1500 dólares que el Gobierno le dio a Fariña y lo instruyó en todas las normas sobre obra pública. También Giselle Robles le dio acceso al juez para que ingrese a la casilla a través de la cual se mandaron los mails con las instrucciones para declarar falsamente y entregó manuscritos de Fariña en los cuales el arrepentido escribió que “fui utilizado por sectores de la inteligencia contra CFK”, es decir contra Cristina Fernández de Kirchner.
- Abogada I. Robles es una abogada que tenía oficina en Lugano. Fue defensora del barrabrava de Boca Maximiliano Mazzaro, después que la contactó la pareja del barra a raíz de que estaba prófugo por la muerte de un vecino, Ernesto Cirino. Mazzaro fue sobreseído y el logro de Robles trascendió, por lo que otros presos, que estaban con Mazzaro, recurrieron a sus servicios. Entre ellos, Fariña.
Sin embargo, el arrepentido terminó chocando con la abogada que no estaba de acuerdo con sus manejos. La cuestión derivó en que Fariña denunció a Robles y la letrada ahora explica todo el trasfondo porque –según explicó– no hay secreto profesional cuando se trata de defenderse frente a una denuncia de su ex defendido.
Robles fue a declarar ayer ante Ramos Padilla porque en la indagatoria del ex espía Rolo Barreiro, miembro de la asociación ilícita en la que estaba Marcelo D’Alessio, contó que la hostigaban a Robles, la seguían, y dos veces quisieron robarle el auto. Una de las razones del hostigamiento era, justamente, la delicada información que la letrada tenía sobre todo lo referente a Fariña.
Hace diez días, Robles se presentó en Dolores y entregó una denuncia sobre la forma en la que se armaron las declaraciones del arrepentido. El juez entonces la llamó a ratificar esa denuncia.
- Abogada II. Robles contó que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) contrató a una abogada (que en esta nota se identifica como G.), especialista en obra pública. La letrada trabajó en Planificación y sigue ahora en un cargo público en la nueva estructura. Según dijo Robles, ella se contactó con G. y G. está dispuesta a declarar en Dolores.
La ex defensora de Fariña contó que G. elaboraba memorándums para que el arrepentido entendiera lo que debía decir, ya que Fariña no sabía nada de obra pública. Pero como la AFI necesitaba que involucrara a CFK le exigieron que declarara sobre sobreprecios y maniobras en la construcción de rutas en el reiterado intento de inculpar a la ex presidenta.
G., además, estuvo dos veces en el departamento que el Ministerio de Justicia le alquiló a Fariña por unos 1500 dólares mensuales, unos 60 mil pesos de la actualidad. No está claro si las visitas de G. fueron registradas por la custodia que, en teoría, debía dejar constancia de cada paso y de cada visita del arrepentido. Quienes conocen la intimidad de Fariña cuentan que los tejes y manejes de los registros fueron notorios: decenas de personas –en especial mujeres– no habrían quedado registradas en sus visitas.
- Memorandos. Los memorandos enviados por G. fueron transcriptos, palabra por palabra, en mails que se enviaron a la casilla [email protected]. Esos correos los abría Robles quien debía imprimirlos y llevárselos a Fariña a la cárcel o, cuando estaba en libertad, a su departamento.
Como adelantó PáginaI12, los mails fueron directamente copiados por Fariña en su segunda declaración, que fue por escrito. Fue tan grotesca la maniobra que ni siquiera cambiaron la puntuación ni las mayúsculas o minúsculas. Lo que estaba en los mails se copió tal cual.
En los últimos días, a través de su abogado, Rodrigo González, Fariña dijo que desconocía los mails y que se armaron después. Ese argumento se habría caído ayer a pedazos tras la declaración de Robles.
Sucede que ni bien se desató el conflicto entre Fariña y su abogada, ella cambió la clave de acceso a la casilla de [email protected]. Es decir, que ya Fariña no pudo entrar ni borrar nada. Ayer Robles le dio acceso al juez a la casilla y en el juzgado de Dolores bajaron todos los mails. Se constató así la fecha de cada correo con lo que se comprobará que fueron la base para la falsa declaración del arrepentido.
- Manuscritos. Las falsedades de Fariña no tuvieron que ver sólo con la obra pública, también –supuestamente– estuvieron en sus declaraciones posteriores respecto del lavado de dinero. El arrepentido se presentó como un experto en finanzas que ayudó a Lázaro Báez a sacar dinero al exterior. En verdad, Fariña nunca vio al constructor, su vínculo era con el hijo, Martín. Sin embargo, esa relación le permitió estar relativamente cerca de la familia santacruceña, pero no porque supiera de finanzas, sino porque era una especie de relacionista público, sobre todo en la noche porteña.
Según trascendió, uno de los manuscritos de Fariña menciona que “fui utilizado por sectores de la inteligencia contra CFK”. En los textos, el arrepentido cuenta que “la cámara oculta que se hizo fue pactada”, en referencia al comienzo del expediente. Dice el arrepentido que todo se hizo con contenidos arreglados de antemano. Robles habría indicado en su declaración el nombre del ex integrante de lo que fue la SIDE que jugó un papel protagónico en todo el armado, así como en aquellas versiones que fueron notoriamente falsas como la de las cuentas en Seychelles.
También quedaría claro en los manuscritos que el campo de Mendoza, de un millón de dólares, no le fue entregado ni cedido por Báez sino por el empresario Carlos Molinari, lo que ocurrió después de que ambos intentaran un acuerdo en el Seclo, organismo del Ministerio de Trabajo en el que se dirimen conflictos laborales. Molinari y Fariña intentaron convalidar el acuerdo pero el Seclo no quiso homologar un pago en especie, por lo que la entrega del campo fue pactada extraoficialmente.
- Ambito. Según parece, el centro de lo que sostiene Fariña en los manuscritos es que lo obligaron a realizar las declaraciones para recuperar la libertad, que le prometieron un ingreso mensual y también la situación de privilegio que tenía en cuando a vivienda, visitas y otras condiciones como testigo de identidad reservada.