Ante la dificultad de avanzar en algunas de las negociaciones por los jugadores elegidos por Paolo Montero, la solución al reemplazo de Walter Montoya apareció con un llamado que hizo Federico Carrizo. El ex canaya hizo saber en Arroyito su deseo de volver a vestir la camiseta auriazul, la propuesta le interesó al entrenador, y la dirigencia canaya ultima detalles de la negociación para que Carrizo sea el segundo refuerzo de la temporada. Los auriazules son dueños de una parte del pase y Boca, su actual club, decidió negociar al jugador por no tener lugar en el plantel de Guillermo Barros Schelotto. Carrizo descartó una venta a Cerro Porteño de Paraguay para priorizar su retorno a la ciudad.

Los jugadores que pidió Montero para reemplazar a Montoya tenían cotizaciones que no estaban al alcance de las posibilidades del presupuesto del club. La solución llegó inesperadamente, cuando Carrizo, quien se negó a volver a Central el año pasado ante una invitación de Eduardo Coudet, por entonces entrenador auriazul, se comunicó con la dirigencia del club para hacer saber su deseo de plantear su vuelta a Arroyito.

El pasado lunes los dirigentes se interiorizaron del deseo de Carrizo ante la negativa del jugador a ser vendido por Boca a Cerro Porteño de Paraguay. El xeneize es dueño del 60 por ciento de su pase; Central del restante 40. Y por eso el canaya negocia con Boca desde un lugar donde limita las pretensiones que puede elevar el xeneize para desprenderse del jugador.

Ayer la dirigencia, en Buenos Aires, llegó a un acuerdo general del contrato que ligará a Carrizo con Central para los próximos dos años. El volante tiene vínculo por un año más con Boca, pero al volver a Central y firmar contrato, el xeneize se preserva el porcentaje de los derechos económicos del jugador, al menos por dos años más. Caso contrario, Boca a fin de año se queda sin el jugador ni su 60 por ciento de la ficha.

Lo que resta ultimar son algunos detalles de la negociación entre los clubes, pero Carrizo será el segundo refuerzo de Central. El equipo de Montero incorpora a un jugador que conoce la institución y las exigencias de la camiseta, pero que acumula muy pocos partidos disputados en los dos últimos años. Carrizo pasó de ser suplente en Boca a no formar parte del plantel superior, al punto de entrenar con la reserva. En su momento el xeneize prestó al volante a Cruz Azul de México pero allí tampoco logró protagonismo en la alineación. Por lo Montero deberá recuperar a un futbolista que perdió competencia el último tiempo.