"Esto es un acto político", dijo Carla Saccani al inicio del Tetazo que ayer convirtió al Monumento a la Bandera en una fiesta de mujeres con las tetas libres. Cuando la tarde recién empezaba, había hombres curiosos -muchos con las mandíbulas caídas- mirando a las mujeres. Esa presencia se fue diluyendo -sin irse del todo- y el patio cívico se convirtió en una manifestación de potencia femenina, como decía la copla que cantó el coletivo No somos basura: "Reloj de campana,/ tocame las horas,/ para que despierten las mujeres todas.// Porque si despiertan/ todas las mujeres/ irán recobrando/ sus grandes poderes". Varias manifestantes eligieron inscribir en su pecho "Libertad a Milagro Sala". Hubo otras pancartas y consignas pintadas en el cuerpo, cada cual decía lo que quería. Desde el escenario, Lala Brillos deslumbró con su arenga sobre todas las tetas y recordó, varias veces, que la convocatoria era "la única teta que molesta es la que no vende". "Este es un acto nuestro, de libertad, no tienes nada que hacer aquí", le dijo Victoria, con acento español, a uno de los curiosos. Mientras ellos estaban adentro, afuera había un despliegue policial inusitado.

"La teta que alimenta nos hace libres de la industria farmacéutica", fue otra de las consignas que leyó Brillos en el Festival, que empezó con la actuación de Sofi y Melquíades, siguió con las poetas Rocío Muñoz Vergara y Beatriz Vignoli, y convocó a otras bandas como Vanesa Baccelliere, Los que perdonan, Las Rotten, Eugenia Craviotto de Mamita Peyote y terminó con Alto Guiso. Si bien fueron mayoría las que eligieron ir con ropa, con el correr de la tarde más de una se atrevió a quedarse en tetas. Como la periodista del siempre innovador sitio web Rosario Plus, Morena Pardo, que hizo su cobertura con las tetas al aire. "¿Quién decide lo permitido?", decía uno de los carteles de la instalación artística del grupo No somos basura que subió al escenario, con chicas sin ropa, otras con ropa y stickers de pezones, y cuatro varones con corpiño.

Cada cual llevó su presencia y sus palabras. "Basta de la teta de Tinelli", arengaba Lala desde el escenario. "Nos estamos manifestando contra la policía de los cuerpos", arengó Saccani, una de las caras más visibles de la convocatoria. La dirigente de Patria Grande, Majo Gerez, recordó que "hubo tres mujeres abordadas por una veintena de policías en una playa de Necochea, pero las mujeres estamos en peligro y no tenemos esa seguridad". Una de las pancartas hecha con fibrones lo recordaba: "Toples: 20 policías. Un femicidio cada 26 horas: 0 policía". Integrante del colectivo Ni una Menos Rosario, Gerez agregó que "los cuerpos de las mujeres están totalmente mercantilizados para venderlos para el deseo del otro que es varón. Cuando son mostradas por nosotras mismas, ahí molestan".

Tetas pintadas, consignas pintadas por encima de las tetas. La gran mayoría de las asistentes, es verdad, eligió ir a apoyar sin mostrar sus tetas. Cada una arrastra con años de patriarcado con su disciplinamiento de los cuerpos. Entre las audaces que lo desafiaron, había mayoría de jóvenes, pero varias mujeres más grandes. En el escenario, Lala Brillos recordó que faltan tetas libres, como la de Milagro Sala. Y buena parte del monumento cantó contra Macri. En un momento, una mujer de más de 40 se acercó a Lala Brillos y le dijo: "Hablaste de las tetas de Milagro pero habría que recordar a las de las compañeras desaparecidas". Y así aparecieron también en el escenario.

Aborto legal, seguro y gratuito, fue otra de las consignas. Muchas de las que iban en tetas tenían escrito: "mi cuerpo es mío". "Las brujas volvimos sin corpiño", decía un cartel. Y otro: "Mis tetas no son obscenas. El tarifazo sí". "Reivindicamos todas las tetas. Todas las edades. Todas las consignas. Tetas amputadas por cáncer de mama, tetas que amamantan, tetas con siliconas, tetas con cicatrices, tetas con estrías, tetas con pelos, tetas flacas, tetas gordas, tetas caídas, tetas torcidas, tetas que miran para afuera, tetas vizcas, tetas venosas, tetas de varones con ginecomastia. Tetas con tatuajes. ¡Y que otros sean lo normal!", leyó Brillos. Y la fiesta duró hasta la noche, con un Monumento encendido de libertad.