Con 18 nuevos contenedores (serán 24) que sólo se pueden abrir con una tarjeta magnética y están dispuestos a lo largo de la avenida Corrientes, el Gobierno de la Ciudad comenzó una prueba piloto para implementar el uso de dispositivos “inteligentes” en la gestión de la basura, explicó el ministro de Espacio Público, Eduardo Macchiavelli. El funcionario también detalló que los nuevos contenedores –estrenados el fin de semana durante la apertura de Corrientes peatonal– por su cierre hermético van a servir “para evitar que la gente se meta y saque basura. Y así va a mejorar mucho la limpieza de la avenida”. Ayer, cartoneros de la CTEP protestaron en la peatonal por los nuevos dispositivos. El dirigente Juan Grabois sostuvo que “los contenedores inteligentes de la Ciudad van a durar 10 minutos. La gente los va a romper por desesperación para comer”.

Según informó Macchiavelli durante una entrevista radial, los contenedores, de origen italiano, permiten saber en qué horarios los vecinos y propietarios de la zona tiran la basura y, además, emite una alarma cuando tiene lleno un 75 por ciento de su capacidad. “Hoy se levantan todos los containers al mismo tiempo, algunos rebalsan, otros están por la mitad, entonces empezar a incorporar tecnología a este proceso nos permite ser mucho más eficientes y que la ciudad esté cada día un poco más limpia”, sostuvo el ministro.

Los contenedores son idénticos a los negros y grises que ya funcionan en la Ciudad, con la diferencia de que para abrirlos se debe apretar un botón y apoyar una tarjeta magnética en un lector. Sólo los frentistas y  dueños de comercios podrán tener estas tarjetas y tirar su basura en los contenedores y, una vez que se cierra, la tapa del tacho queda bloqueada.

Ante la consulta de cómo este nuevo sistema impide que algunas personas busquen comida dentro de los contenedores, Macchiavelli afirmó que “en estos contenedores húmedos difícilmente se encuentre comida, porque la comida está en los restos de bares, restaurantes, pizzerías y estos tienen un sistema de recolección totalmente diferentes”. Minutos antes el ministro había explicado que avenida Corrientes era un lugar “de los más representativos” para probar el nuevo sistema de contenedores porque allí “confluyen los diferentes tipos de gente que dispone: comercios, restaurantes, edificios de oficina, vivienda, teatros”.

La instalación de los contenedores “inteligentes” generó controversia debido a que cada vez hay más familias que buscan comida en la basura. Cartoneros de la CTEP reclamaron ayer en la nueva peatonal, contra los nuevos dispositivos. Según la Dirección de Estadísticas y Censos porteña, la cantidad de indigentes en los tres años de gobierno de Horacio Rodríguez Larreta pasó de 100.000 personas a 204.000. “De ninguna manera nosotros podemos convalidar que este (buscar comida en los containers) sea un sistema para combatir el hambre”, sostuvo Macchiavelli y detalló que el Gobierno de la Ciudad “tiene un montón de dispositivos para que cualquier persona que tenga problema de alimentos pueda concurrir a un parador y pueda tener un plato caliente”.

Para el ministro, el hecho de que las tapas queden herméticamente cerradas podría solucionar problemas como el mal olor de los desechos. “Muchas veces quedan las tapas abiertas entonces algunas personas se quejan de los olores que emanan del contenedor”, explicó y, agregó, esto evitaría que quede “basura desperdigada alrededor”.

Según Macchiavelli, la hermeticidad de los contenedores tampoco afectaría la recolección que realizan los cartoneros. Macchiavelli afirmó que la ciudad tiene “5300 recuperadores ambientales formales con circuitos de recolección, con camiones que los llevan y los traen, con ART, con obra social, con uniformes de trabajo”, pero que también existen “recuperadores informales, que en muchos casos vienen del conurbano y que no tienen un recorrido fijo”. “Hoy estamos recuperando 500 toneladas por día –sostuvo el ministro–. Son procesos de cambio cultural en la gente, se tiene que acostumbrar separar a en origen, nosotros tenemos que ir mejorando la logística”.

Según Macchiavelli, estos contenedores ya se utilizan “en la gran mayoría de las ciudades de Europa”. “En otros lugares incluso se ha avanzado un paso adicional y se hace una trazabilidad de las bolsas. Cada bolsa tiene un código QR, entonces se sabe quién es el que dispone en qué horarios”, agregó.