La utilización de la capacidad instalada de la industria se ubicó en 64,5 por ciento en el promedio de 2016. Fue el peor registro desde el estallido de la convertibilidad en 2002. En diciembre pasado se anotó la cifra más baja desde agosto, al ubicarse en 63,6 por ciento, según lo informó ayer el Indec. A pesar de que el Gobierno insiste hace al menos dos meses en que ya empezó la reactivación, las fábricas siguieron trabajando a media máquina por la caída de ventas y la competencia de las importaciones. En octubre de 2015, último dato publicado para ese año tras el apagón estadístico del Indec, la industria marcaba 71,4 por ciento de utilización de la capacidad instalada. Los textiles, minerales no metálicos, metalmecánica y productos de caucho y plástico fueron los sectores que resultaron más afectados por la recesión.

El rubro de la indumentaria es un reflejo preciso de las fuertes tensiones en materia de producción que registró la economía en los últimos meses. Los establecimientos textiles terminaron 2016 con una capacidad instalada de 48,9 por ciento, cuando en octubre de 2015 se ubicaba en 75,6 por ciento. Las fábricas del sector no llegaron a fabricar ni la mitad de su producción potencial. El rubro atraviesa importantes dificultades por el ingreso de productos textiles del extranjero a precios imposibles de competir, luego del avance del programa de apertura comercial del Gobierno (ver página 9).

Para 2017, el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, ya adelantó que la prioridad será enfrentar las distorsiones de precios a través de un mayor ingreso de bienes del exterior. “Para bajar la inflación vamos a importar más”, afirmó. En enero el ingresó de ropa de tejido de punto subió 91 por ciento y la de tejido plano lo hizo en 60 por ciento. 

La industria de metálicas básicas, en tanto, cerró diciembre con una utilización del 62,8 por ciento, cuando era de 74,9 por ciento en octubre de 2015. La rama de sustancias y productos químicos bajó de 74,1 a 65,1 por ciento en el mismo período, al tiempo que la de plástico descendió del 69,6 al 67,5. En el caso de la automotriz se ubicó en 45,0 por ciento en diciembre pasado, cuando era de 44,0 por ciento en octubre de 2015. Este sector ya venía funcionando con una baja utilización por las dificultades para exportar al mercado brasileño.

El sector de minerales no metálicos, donde se produce cemento y otros insumos para la construcción, es otra de las actividades que marcó una fuerte caída de utilización por el desplome del mercado interno el último año. La capacidad instalada bajó del 86,3 al 69,6 por ciento. En el mismo período la construcción pasó de crecer 5 por ciento a caer a una tasa del 12,7 por ciento. Para este año, empresarios desarrolladores de vivienda esperan que, aunque haya algo de repunte en la obra pública, el sector siga paralizado por la falta de rentabilidad para invertir en vivienda privada. Este bloque representa el 70 por ciento de la rama y se encuentra frenado porque a los desarrolladores, tras la suba de los costos del metro cuadrado y del terreno, les resulta más beneficioso apostar por los negocios financieros antes que por los ladrillos.

La industria metalmecánica también resultó muy afectada el año pasado, al computar una capacidad instalada de 54,7 por ciento en diciembre, cuando era de 62,6 por ciento en octubre de 2015. Alimentos, mientras tanto, cerró en 66,9 por ciento, contra el 72,1 por ciento del año anterior, y papel en 76,7, contra 86,7.  

Un 64,5 por ciento de capacidad instalada para el promedio 2016 fue una cifra que no se veía desde hace 15 años en la industria, cuando en 2002 se anotó un 55,7 por ciento. Al año siguiente, en 2003, la utilización subió a 64,9 por ciento y en 2004, a 69,7 por ciento. En los años siguientes nunca volvió a bajar del 69 por ciento: en 2005 fue de 72,8, en 2006 de 73,7, en 2008 de 74,8, en 2009 de 72,8, en 2010 de 77,7, en 2011 de 78,8, en 2012 de 74,5, en 2013 de 72,7 y en 2014 de 69,5. Para 2015, el Indec no publicó el dato anual, puesto que nunca informó los resultados de noviembre y diciembre. Si se promedian los meses de enero a octubre, la utilización fue del 69,15 por ciento. En pocos meses hubo un retroceso de casi dos décadas en materia de recomposición del entramado productivo y de las cadenas que conforman los complejos industriales.