PáginaI12 En Perú
Desde Lima
Hace una década y media salió de un virtual anonimato y se convirtió en un símbolo de la lucha por la democracia y contra la desbordante corrupción de la dictadura de Alberto Fujimori (1990-2000), y así llegó a la Presidencia de la República en medio de una gran expectativa; hoy está a punto de ir a la cárcel por corrupción, acusado de recibir sobornos .Es la triste y decepcionante historia del “cholo” Alejandro Toledo, que gobernó el Perú entre 2001 y 2006. Ayer la fiscalía solicitó que se dicte prisión preventiva por 18 meses contra Toledo y pidió se ordene la captura a nivel nacional e internacional del ex presidente, que reside en Estados Unidos. El juez a cargo del caso tiene un plazo máximo de 48 horas para convocar una audiencia pública en la que escuchará a ambas partes y decidirá si dispone o no la captura de Toledo. Por las evidencias que comprometen al ex presidente, lo más probable es que el juez ordene su detención.
La fiscalía abrió investigación penal a Toledo y tomó la decisión de pedir su detención luego que un alto funcionario de la constructora brasileña Odebrecht revelara ante la Justicia que la empresa le pagó al ex presidente una coima de 20 millones de dólares para hacerse con la construcción de los tramos dos y tres de la carretera interoceánica, que une Brasil con la costa peruana. El sábado, la fiscalía allanó la residencia de Toledo en un exclusivo barrio de Lima, decomisando documentos, el disco duro de una computadora,agendas y 33 mil dólares en efectivo.
El hombre que entregó la cabeza de Toledo es el brasileño Jorge Barata, quien fue jefe de Odebrecht en el Perú entre 2001 y 2016 y que se ha acogida a la delación premiada ante la Justicia brasileña en el marco del caso Lava Jato y también ha firmado un acuerdo de colaboración con la fiscalía peruana. Barata le reveló a la fiscalía que, en noviembre de 2004, aprovechando un viaje de Toledo a Brasil para asistir a una reunión del Grupo de Río, directivos de la empresa se reunieron con el presidente peruano en la suite presidencial del hotel Marriot de Río de Janeiro para acordar los pagos del soborno para que se le adjudique a la constructora brasileña la licitación de la carretera interoceánica, lo que se hizo en agosto de 2005.
Los pagos de la coima se hicieron,en varias entregas, al empresario peruano-israelí Josef Maiman, un viejo amigo de Toledo. Maiman se encargó de mover el dinero pasándolo de un banco a otro, de una empresa offshore a otra. El de Odebrecht no sería el único soborno que habría pasado por las cuentas del empresario, a quien se le ha abierto proceso penal por lavado de activos. Una offshore vinculada a la constructora brasileña Camargo Correa, que ganó la licitación para el tramo cuatro de la carretera interoceánica, transfirió 1,6 millones de dólares a la cuenta de una empresa de Maiman en el Citi Bank de Londres. De acuerdo a la fiscalía, este monto sería parte del pago de un soborno de 6,3 millones de dólares. Las autoridades han logrado establecer la ruta seguida por once millones de dólares que salieron de Brasil y pasaron por cuentas y empresas offshore de Maiman en Londres, Suiza, Panamá y Costa Rica. Y esa ruta lleva a Toledo.
Más de diez millones de dólares salidos de las cuentas y empresas de Maiman terminaron en Ecoteva, una offshore abierta en Costa Rica a nombre de la suegra de Toledo, una octogenaria ciudadana belga. En 2012, Ecoteva compró en Lima una residencia por 3,7 millones de dólares y una oficina por algo más de 880 mil dólares, y pagó más de medio millón de dólares por las hipotecas de dos casas de Toledo.
Ayer se reveló que en Costa Rica se incautaron 6,5 millones de dólares de una cuenta de la offshore Ecostate, manejada por Maiman. Al estallar en 2013 el escándalo de las operaciones inmobiliarias de Ecoteva en Lima, la offshore de la suegra de Toledo fue cerrada y 6 millones de dólares trasladados a Ecostate.
Este escándalo de sobornos amenaza alcanzar al actual presidente Pedro Pablo Kuczynski, quien fue ministro de Economía y presidente del Consejo de Ministros durante el gobierno de Toledo y tuvo un importante papel en el proceso de licitación de la carretera interoceánica que favoreció a Odebrecht y Camargo Correa, y detrás del cual ahora se sabe hubo millonarios sobornos. El presidente Kuczynski se ha apresurado en distanciarse de Toledo, en cuyo gobierno fue el ministro más poderoso, y ha negado cualquier participación en el pago de sobornos. “Es una vergüenza y una traición”, ha dicho el presidente Kuczynski sobre la coima entregada a Toledo, su antiguo jefe. Pero esa dura frase no lo libera de las posibles implicancias que eventualmente lo puedan alcanzar.
En declaraciones dadas el domingo desde Europa a un programa de la televisión local,Toledo dijo ser víctima de “una venganza” y “un linchamiento” de sus enemigos políticos, aseguró no haber recibido soborno alguno, desafío a Barata a que diga “cuándo, cómo, dónde y en qué banco me han dado 20 millones de dólares a mí”.Pero Barata ha dicho que el soborno no se pagó directamente a Toledo, sino a través del empresario Maiman. Sobre eso y las evidencias de los millones de Maiman que han terminado financiando operaciones inmobiliarias de su familia, el ex presidente no dijo nada. La defensa que hizo Toledo de sí mismo, más allá del tono indignado, sonó débil, inconsistente.
El ex presidente Toledo espera ahora la decisión del juez que lo puede llevar a la cárcel. Pronto podría estar haciéndole compañía a su viejo enemigo político, el ex dictador Alberto Fujimori, quien purga una condena de 25 años por crímenes de lesa humanidad y corrupción.