Betsy DeVos consiguió ser confirmada por el Senado de Estados Unidos para ocupar la Secretaría de Educación. La funcionaria, nominada por el presidente Donald Trump, necesitó para hacerse del cargo el apoyo del vicepresidente del país, Mike Pence, quien resolvió a su favor en el empate de 50 votos que cosechó entre los senadores. Lo reñido del debate quedó reflejado en un dato: por primera vez un vicepresidente norteamericano, que es presidente del Senado por mandato constitucional, tiene que desempatar con su voto para un puesto del gabinete presidencial en la Cámara alta. Nunca antes el partido opositor había encontrado tan poco calificado a un candidato propuesto por el presidente del país para su gabinete ejecutivo. En contra de DeVos votaron dos senadoras republicanas, además de los 48 senadores demócratas, quienes se turnaron durante las 24 horas previas a la votación para dar un maratón de discursos contra el nombramiento de DeVos, desde el pleno del Senado, en un último intento por evitar que la multimillonaria alcanzara el cargo. Pese a los esfuerzos demócratas, la votación se resolvió por 51 votos a favor, contando con el de Pence, y 50 en contra. Con esas cifras, DeVos sumó más votos en contra para llegar al cargo que todos los secretarios de Educación anteriores, desde que se creó el Departamento en la década de los años ochenta. 

El voto de desempate, que ya se convirtió en histórico, es el primero que tiene que emitir Pence en el Senado, desde que juró en el cargo hace apenas tres semanas, mientras que su predecesor, el demócrata Joseph Biden, no tuvo que hacer uso de esa potestad en los ocho años que estuvo en la Vicepresidencia en ninguna circunstancia. En ese sentido, el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, aseguró que el hecho de que Pence tuviera que intervenir en la votación es un recordatorio llamativo de la obstrucción sin precedentes de los demócratas del Senado. “Betsy DeVos ha dedicado casi tres décadas de su tiempo y talento a promover oportunidades educativas”, señaló Spicer en su rueda de prensa diaria, tras conocerse el resultado de la votación.

Lo cierto es que los republicanos hicieron lo suyo retrasando durante meses las votaciones de nominados por el ex presidente Barack Obama, hasta el punto de que los demócratas tuvieron que echar mano en 2013, para evitar los sistemáticos bloqueos de los conservadores, a una heramienta poco usual: la conocida “opción nuclear”, un recurso cuya aplicación es de carácter excepcional, pero que puede ser utilizada a discreción por el líder de la mayoría en la Cámara alta, y que cambia las reglas del Senado, al requerir una aprobación por 50 votos, es decir, sólo por mayoría simple, en lugar de 60 votos.

En virtud de esa decisión, ahora sólo se necesita una mayoría simple para aprobar un nombramiento para el gabinete presidencial, mientras que antes de 2013, cuando los demócratas eran mayoría, se necesitaba un mínimo de 60 votos. Víctima de ese bloqueo republicano también fue el nominado por Obama para el Tribunal Supremo, Merrick Garland, quien ni siquiera tuvo la oportunidad de acceder a una audiencia para ser considerado en el cargo, por decisión de la mayoría republicana en el Senado, pese a que al mandatario demócrata le restaban once meses en la Casa Blanca.

DeVos, quien se desempeñó como donante republicana durante años, tuvo que enfrentarse a duras audiencias ante los demócratas del Senado, que le cuestionaban su compromiso con la educación pública y la presionaron sobre sus conflictos de interés. La mayoría del Partido Republicano la defendió como una reformadora audaz dispuesta a reducir la influencia del gobierno federal en la educación y elevar la calidad educativa en el interés de ampliar las oportunidades para los niños desfavorecidos.

Los demócratas se opusieron con el argumento de que no tiene experiencia ni está calificada para el trabajo. El líder de la minoría demócrata de la Cámara alta, Chuck Schumer, señaló que DeVos ni siquiera entiende los aspectos básicos de la educación y dijo que desdeña la educación pública. De hecho, a los demócratas les preocupa las posturas de DeVos para socavar la educación pública, de la que forman parte la mayoría de los niños del país, y su falta de solidez al responder a las preguntas que le hicieron sobre los posibles conflictos de interés relacionados con sus inversiones.

A los 59 años, Betsy DeVos es una empresaria multimillonaria de Michigan que, a nivel nacional, apenas se dio a conocer públicamente. Aunque en su estado natal fue presidente del Partido Republicano, la presidenta del consejo de administración de la compañía Windquest Group carece de experiencia a nivel gubernamental. Tampoco ha desarrollado ninguna actividad en el sector educativo. DeVos no estudió en una escuela pública jamás; tampoco sus cuatro hijos, a quienes mandó a colegios privados. 

Desde hace años, la nueva secretaria de Educación defiende el derecho de los padres a tener mayor libertad para elegir las escuelas para sus hijos y que personas con menos ingresos puedan enviar a sus hijos a escuelas privadas. Durante una audiencia en el Senado, DeVos dijo que debería permitirse llevar armas a las escuelas y sostuvo que ese tema debería dejarse en manos de los municipios o los estados federales.