Diego Alberto Loscalzo, el empleado ferroviario detenido en Córdoba por el séxtuple homicidio de Hurlingham, fue trasladado en la tarde de ayer hacia Buenos Aires para ser indagado por una fiscal que planea imputarle “todos homicidios calificados”, lo que prevé una única pena de prisión perpetua. Bajo una fuerte custodia de la policía de Córdoba, con la colaboración de personal de la policía bonaerense, Diego Alberto Loscalzo, de 35 años, alias El Chino, partió desde el penal de Bouwer, en Córdoba, hacia Buenos Aires.
Fuentes policiales aseguraron que Loscalzo fue llevado a la sede de la Dirección Departamental de Investigaciones de Morón, ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen 1548 de Merlo, donde fue revisado y quedó a disposición de la fiscal de Violencia de Género del Departamento Judicial de Morón, Paula Hondeville. que explicó que en principio le imputará a Loscalzo “todos homicidios calificados por distintas cuestiones, más las tentativas de homicidios de las otras personas que sobrevivieron” al ataque.
Técnicamente, Loscalzo será imputado por el “homicidio calificado por femicidio” de Romina Maguna, de 36 años, por los “homicidios calificados por el uso de armas” de Vanesa Gisella Maguna, de 38: Juana Paiva, de 55; José Eduardo Maguna, de 34, y Darío Daniel Díaz, de 33; y las “tentativas de homicidio calificado por el uso de armas” en el caso de Mónica Beatriz Lloret, de 36; de su hija adolescente y de Cinthia López Gotta. Además, será imputado por la “portación ilegal de arma de guerra y robo agravado”.
Respecto de la muerte del bebé, la fiscal explicó que aún resta conocer los informes médicos y el resultado de la autopsia para establecer si el bebé nació muerto, lo que en principio sería “aborto”, o si estaba vivo cuando lo extrajeron del útero de su madre, lo que constituiría un “homicidio”. “Lo que sucede con el bebé es materia de un estudio posterior. Por ahora, con lo que tenemos, obviamente alcanza como para pedir la detención (de Loscalzo) y continuar con el proceso”, agregó la fiscal.
Hondeville también explicó que por el momento sólo recibió el informe preliminar de la autopsia de José Maguna, quien recibió un único impacto de bala que ingresó por el tórax y salió por la espalda.
Finalmente, la fiscal aclaró que Loscalzo no tenía ninguna causa por violencia de género, sino que en julio pasado “hubo una manifestación de ella (por Romina Maguna) en una comisaría, pero no llegó a salir de la dependencia policial”. Maguna había radicado en esa fecha una denuncia en la cual dijo que, en medio de un ataque de celos porque había vuelto tarde de bailar, Loscalzo le había robado su arma reglamentaria calibre 9 milímetros marca Bersa modelo Thunder y un chaleco antibalas.
La masacre de Hurlingham comenzó el domingo pasadas las 21 cuando Loscalzo discutió con Maguna mientras cenaban en la casa en la que convivían junto a un hijo de 11 años de ella, situada en la calle Cañuelas 2403, de Williams Morris, en Hurlingham. En medio de una pelea y empujones, Romina recibió varios balazos efectuados con su propia pistola reglamentaria y cayó muerta en el acto en el sector de la cocina comedor, tras lo cual Loscalzo asesinó a la hermana de Romina, Vanesa, y al esposo de ésta, Díaz, e hirió a una amiga de ellos, López Gotta, quienes llegaron hasta el lugar para ver lo que estaba pasando.
Luego, Loscalzo escapó a bordo de una moto Corven Triax negra y blanca hacia la vivienda de la madre de Romina. A metros de arribar, el tirador se cruzó con un Renault 19 en el que iba Paiva, junto a su hijo José, a la esposa de éste, y una hija de 12 años de ella.
Según las fuentes, Loscalzo atacó a tiros el auto, lo que provocó la muerte de José Maguna y de Paiva, cuyo cuerpo quedó sobre la calzada; mientras que tanto la embarazada como su hija resultaron heridas de tres balazos cada una, por lo que fueron trasladadas al Hospital Posadas.
En ese centro asistencial, constataron la muerte de Mateo, el bebé en gestación de Lloret, ya que uno de los tiros perforó el útero de su madre y lo hirió mortalmente.
Loscalzo escapó y fue detenido el lunes por la tarde a bordo de un micro de la empresa Urquiza, en el cual había escapado hacia la ciudad cordobesa de Río Segundo.
Por otra parte, los investigadores creen que el imputado pudo haber vendido la pistola con la que cometió el séxtuple homicidio, la 9 milímetros que era el arma reglamentaria de su mujer, en el barrio INTA de Villa Lugano para obtener dinero en efectivo para la fuga. Esa es una de las hipótesis que manejan los detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón que intentaban determinar dónde puede estar la pistola marca Bersa modelo Thunder Pro 9 milímetros que pertenecía a una de las víctimas, Romina Maguna, quien era personal del Comando de Patrullas de San Isidro.
“Creemos que vendió el arma cuando fue en moto hasta Villa Lugano, en Capital Federal. Ahí tuvo una serie de contactos telefónicos con dos o tres amigos y un hermanastro. Lo más probable es que haya entregado el arma a cambio del efectivo que necesitaba para el pasaje y la huida”, dijo un jefe policial que trabaja en la investigación.
La misma fuente reveló que cuando cometió los crímenes, Loscalzo “salió sin un peso encima” pero se pudo determinar que en la terminal de Retiro “pagó los 870 pesos del pasaje a Córdoba al contado”, por lo que lo más probable es que en el barrio INTA de Villa Lugano haya conseguido algo de efectivo.
“Esa pistola Bersa es un arma que apurado como estaba este hombre, la pudo haber vendido en 2000 o 3000 pesos”, dijo la fuente policial consultada. “Aunque hay que tener en cuenta que cuando vio el control policial, Loscalzo se fue a esconder al baño del micro y tiró allí su DNI para no ser descubierto. No descartamos que también haya escondido en algún sitio de ese micro el arma”, dijo un vocero policial.
La pistola Bersa Thunder Pro buscada tiene el número de serie F27622 y los peritos determinaron que con esa arma Loscalzo disparó al menos 19 balazos en las dos escenas –12 en la casa de William Morris y siete en Villa Tesei–, por lo que en algún momento tuvo que recargar el arma, que tiene una capacidad máxima para 17 proyectiles.
En tanto, Mónica Beatriz Lloret, que perdió el bebé de nueve meses de gestación, “evoluciona favorablemente” y su hija, la adolescente de 12 años que recibió tres balazos en los miembros inferiores, el director del hospital dijo que está “fuera de peligro” y que “permanece internada en la sala de pediatría”.