Cinco personas murieron al caer una avioneta en un campo ubicado en la localidad bonaerense de Marcos Paz. En un siniestro aéreo sin sobrevivientes, las víctimas mortales fueron una mujer, su esposo, la hija de ella y sus dos nietos. Fuentes policiales aseguraron que la aeronave era conducida por el dueño de la estancia, quien tenía permiso de vuelo, y sospechan que la caída se generó “por un desperfecto técnico en pleno vuelo del avión Cessna 210”.
“Aproximadamente a las 12.30 recibimos un llamado de emergencia sobre un siniestro en un campo en las afueras de la ciudad. Dos dotaciones de bomberos se aproximaron al lugar y detectaron un incendio en una aeronave. Lamentablemente no hubo sobrevivientes”, explicó Roque Peña, integrante de los Bomberos Voluntarios de Marcos Paz.
La Totona es una de las estancias más grandes de Marcos Paz. Guillermo Fiorito, su dueño, solía realizar vuelos con su avioneta, por lo tanto había construido una pista de aterrizaje en su propio campo. Ayer al mediodía, Fiorito volvía a iniciar un viaje, esta vez junto con su pareja, la hija y los dos nietos de ella cuando la aeronave Cessna 210, a pocos metros del despegue, se incendió y posteriormente se estrelló en plena zona rural. Aún no se confirmó la causa de la caída, pero fuentes de la investigación sospechan de un “desperfecto técnico de la avioneta”.
Tras el siniestro, los peones rurales de La Totona alertaron a las autoridades de Marcos Paz acerca de lo sucedido en el campo de Fiorito. Según los investigadores, el dueño –y piloto– de la avioneta les comentó a sus empleados que viajaría al mediodía hacia la costa atlántica junto con su pareja y familiares de ella. “Según los testigos que estaban en el campo, después de despegar desde el predio, el avión Cessna intentó dar una vuelta para volver a la pista de aterrizaje y cayó a unos 20 o 25 metros de la propiedad”, explicó Alejandro Ibarra, jefe de bomberos.
La avioneta que se estrelló en Marcos Paz se corresponde con el modelo norteamericano del Cessna 210: una aeronave de cinco plazas que puede planear, aproximadamente, hasta 1200 kilómetros y alcanza una velocidad máxima de 324 kilómetros por hora. “Son aviones chicos perfectamente aptos para este tipo de vuelos, de uso privado, con poca tripulación y despegues en pistas de tierra”, aseguró a este diario un especialista aéreo encargado de la investigación. Por su parte, se confirmó que Fiorito tenía hace varios años licencia de piloto que le permitía volar en estas aeronaves privadas y que durante el año, el estanciero solía visitar su campo en Marcos Paz para realizar vuelos con el Cessna 210.
Pese a que la causa del siniestro aéreo quedó a cargo del Juzgado 2 de Morón, la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil (Jiaac), organismo dependiente del Ministerio de Transporte, también se encarga de averiguar la causa de la tragedia aérea. “El siniestro fue catalogado como ‘Accidente mayor’ por la cantidad de muertes y el personal de la Jiaac se encuentra en el lugar realizando tareas de campo, entre ellas, pericias sobre combustible, mediciones de velocidad y de despegue”, indicó a PáginaI12 Carlos Sueldo, director del área de Comunicación de la Jiaac.
Consultado por los plazos del informe, Sueldo aseguró que “tardará aproximadamente entre 6 y 8 meses” y agregó que “la demora se corresponde con la intención del organismo de no hacer foco en la culpabilidad y encargarse de que el siniestro no suceda de nuevo”.