Obras de teatro, conferencias, recitados, películas y caminatas forman parte de la propuesta de la novena edición del Festival Shakespeare, clásico porteño que comenzó ayer y que durante una semana retomará el espíritu del autor de Hamlet tanto en salas como en el espacio público. Una de las particularidades de este evento –que otra vez se realiza sin apoyo del gobierno porteño– será la presentación de un espectáculo elaborado con la colaboración de la Academia Porteña del Lunfardo. También, destacan las nuevas puestas de Lía Jelín y Manuel Iedvabni, de Tito Andrónico y Coriolano respectivamente. Y Las mujeres de Shakespeare, que se verá recién en junio en el CCK, con la participación de Norma Aleandro y la Orquesta Sinfónica del Sodre (Uruguay).
El director teatral Patricio Orozco creó este encuentro en 2011, con la intención de terminar con el prejuicio de que Shakespeare era para una elite. Por eso es que no sólo le interesaban los montajes en salas comerciales o independientes. Quería llegar a los barrios vulnerables, las escuelas, los parques, anfiteatros, catedrales, templos, fábricas y librerías. “Yo estudié en Inglaterra, y lo que veía acá es que Shakespeare era muy de elite. No lo podía creer. No estaba representado con el espíritu que vi cuando estudié en Stratford. Estábamos acostumbrados a algo muy introspectivo. Esta es, para mí, una manera permanente y obligada de estudiar”, dice a PáginaI12, luego del lanzamiento oficial del festival, que ocurrió ayer por la tarde en la residencia del embajador británico.
En esta ocasión, el evento producido por la Fundación Romeo será declarado de interés cultural por la Legislatura porteña. Paradójicamente, desde 2016 se realiza sin apoyo del gobierno de la Ciudad. Fue el exministro Darío Lopérfido el que quitó el subsidio (para colmo, lo comunicó a través de un mail). La situación nunca se revirtió. “Esperamos que el Poder Ejecutivo escuche a los legisladores y vuelva a apoyarnos. Pasamos de ser un festival oficial de la ciudad a quedar un poco apartados. Las políticas de los últimos años no colaboran con festivales como el nuestro, que se hace gracias a la Embajada Británica y sponsors privados”, se lamenta Orozco. Como su pretensión es ofrecer una “fiesta popular, masiva”, muchas de las actividades y funciones se mantienen con entrada gratuita o a precios accesibles. “Lo importante es no suspenderlo. Insistir”, se convence.
Tampoco en estos últimos años hubo un respaldo importante en materia de salas oficiales para desarrollar actividades. Inevitablemente, el festival sufrió recortes de toda índole: en cantidad de invitados internacionales, actividades y duración. Y algunas iniciativas que se hacían en conjunto con el gobierno porteño, como los talleres de teatro para chicos y chicas de Ciudad Oculta, continuaron “a pulmón”.
Los materiales incluidos en la programación se seleccionan por convocatoria y con el criterio de un jurado. No hay consignas previas; suelen surgir versiones y adaptaciones. Tito Andrónico, en versión libre de Alejandra Erbiti, se presentará el martes a las 20 en el Teatro La Comedia (Rodríguez Peña 1062), con dirección de Lía Jelín y un elenco encabezado por Patricio Contreras, Nacho Gadano, Candela Vetrano y Matías Meyer. Una de las propuestas más originales será el musical El Chabón de Avon, trabajo conjunto entre la Fundación Romeo y la Academia del Lunfardo. Por primera vez, el autor será abordado desde la jerga porteña. Lo que se verá, en rigor, es un work-in-progress –con la participación de Antonio Grimau– de un material que tendrá su versión definitiva el próximo año.
Por otro lado, Manuel Iedvabni y Pablo Flores Maini estrenarán Coriolano, última tragedia de Shakespeare (mañana a las 20, en La Comedia). Otro plato fuerte es la presentación de Las mujeres de Shakespeare, con Norma Aleandro y la Orquesta Sinfónica del Sodre (Uruguay), espectáculo escrito y dirigido por Orozco que recorre textos icónicos de personajes femeninos. Estrenó en Montevideo con el Día Internacional de la Mujer como marco y aquí forma parte del festival aunque su presentación sucederá lejos en el tiempo. La oferta se completa, entre otras cosas, con una nueva edición del “Festival Shakespeare en la Escuela”, dirigido a los niveles primario y secundario, con el fin de acercar a los más chicos al universo shakesperiano durante todo el año lectivo. Otra propuesta son las caminatas que invitan a las familias a recorrer parques de la ciudad y sumarse para interpretar clásicos, convirtiendo las tragedias en comedias.
Ayer, el acto de lanzamiento contó con la presencia del embajador británico, Mark Kent, y el titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, quien redujo la falta de apoyo a un tema de recursos -”a veces hay más, a veces menos”– y destacó la “persistencia y voluntad” de Orozco. Renata Schussheim recibió el Premio Shakespeare 2019; y Orozco, una medalla de parte de la reina por su labor.
“En todos estos años hubo un movimiento lindo de la gente al acercarse, al perderle un poco el miedo a Shakespeare, mientras otra parte quizá se siente amenazada con su pequeño espacio de poder y sabiduría. Finalmente, somos humanos. Somos iguales a los que habitaron hace 400 años. No hay mucha diferencia. Hay diferencias tecnológicas y culturales, por supuesto, pero lo que nos sigue vibrando adentro es igual. Shakespeare llegó a un punto íntimo del alma humana y eso hace que, inevitablemente, uno se sienta reflejado”, concluye Orozco. La programación completa se encuentra en www.festivalshakespeare.com.ar.