“La democracia argentina está en grave riesgo”, aseguró el ex jefe de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli, quien afirmó que la difusión de las escuchas telefónicas filtradas por el Poder Judicial y los servicios de inteligencia se trata de “un espionaje político” armado desde el gobierno de Mauricio Macri. El ex director de la AFI calificó esa operación como la “triple infamia” –integrada por el Poder Ejecutivo, jueces federales adictos y medios de comunicación concentrados– para amedrentar y condicionar a la dirigencia política, “opositores o no”. Desde el Congreso y respaldado con la presencia del jefe de la bancada del FpV-PJ, Héctor Recalde, y más de una veintena de diputados, Parrilli rechazó el pedido de detención que le realizó ayer el fiscal Guillermo Marijuan en el marco de la causa por el supuesto encubrimiento del entonces prófugo Ibar Pérez Corradi. Además, el ex funcionario kirchnerista detalló que recusó a los jueces federales Ariel Lijo y Rodolfo Canicoba Corral. “Detrás de todo esto está (Jaime) Stiuso”, sentenció Parrilli para definir que el ex espía comandaría la connivencia entre el poder político, el Judicial y los servicios de inteligencia.

“La democracia argentina está en grave riesgo. Estamos en una situación de una democracia absolutamente condicionada y absolutamente limitada por poderes que están obstaculizando la libertad, la intimidad y la seguridad de todos los ciudadanos argentinos”, dijo Parrilli en el descargo público que hizo para abrir la rueda de prensa. 

“Comenzando –continuó Parrilli– obviamente por algunos dirigentes políticos como somos nosotros pero sin ninguna duda esta acción que tiene como objetivo llevar adelante una acción muy planificada y muy armada desde el gobierno nacional, desde el presidente Macri y desde todo su gobierno de un control social sobre todos los dirigentes políticos argentinos sean opositores o no para condicionarlos, atemorizarlos, para acallarlos para hacerlos tener actitudes que no entorpezcan lo que está llevando adelante este gobierno que no es otra cosa que la destrucción del Estado, el saqueo y la entrega a los grupos monopólicos y a los grandes grupos financieros del mundo de todas las riquezas y del patrimonio de los argentinos”.

El ex funcionario kirchnerista ejemplificó su denuncia con la filtración de las escuchas telefónicas que trascendieron públicamente sobre sus conversaciones con la ex presidente Cristina Fernández. Dijo que se hicieron en forma “directa” –como en casos de secuestros extorsivos– por parte de los servicios de inteligencia, “violando” la ley que dispone el control judicial de las mismas. “Esto es gravísimo”, sostuvo Parrilli para responsabilizar “sin ninguna duda” a “la ex Side, la AFI hoy y Stiuso” por aquellas filtraciones. Además, enumeró la lista de responsabilidades de quienes debían resguardar esos audios: “el juez Lijo, que lo ordenó, otro Marijuan, quien fue que tuvo acceso, tercero la dirección de otorgamiento y captación de judiciales que depende de (presidente de la Corte Supera, Ricardo) Lorenzetti, (el juez federal Martín) Irurzun y (Juan) Rodríguez Ponte, que son los responsables, y cuarto (Gustavo) Arribas y (Silvia) Majdalani, la dirección de contrainteligencia”. Para rematar, el ex jefe de Inteligencia recordó que se trata de “una situación que ningún fiscal ni juez investiga”.

–¿A qué se debe la demora de entregar ese informe a la Justicia? –le preguntaron en referencia al supuesto delito de haber ocultado el paradero de Pérez Corradi y por el cual fue procesado.

–No es cierto que estaba el paradero. Aproximadamente el 20 de noviembre me llega un informe no sobre el domicilio sino un Facebook de una mujer que parecía ser la pareja de Pérez Corradi, por que el domicilio lo tenían todas las fuerzas de seguridad desde agosto y yo pedí que chequearan y corroboren esa información que podría certificar el domicilio. A los diez días nos fuimos del gobierno, terminó nuestra gestión. Me reuní con Arribas y Majdalani, los puse al tanto de esta situación, pero a lo mejor ahora ellos lo niegan- respondió Parrilli.

De todas maneras el ex jefe de la AFI continuó con el relato: “Lo que tenían que haber hecho Arribas y Majdalani es pedirle las causas en las que estaban trabajando. Como la causa de Pérez Corradi se les caía, ellos inventaron que de casualidad encontraron esa orden, en la que yo dije que había que investigar y corroborar”. 

Posteriormente enumeró datos de la causa. El 2 de febrero de 2016, un informe de la AFI –“De Arribas y Majdalani que me persiguió”, dijo Parrilli– ante el juez, donde dice que no tiene resultados positivos de Pérez Corradi. Antes, el 11 de enero, se produjo una presentación de los abogados del prófugo para negociar su entrega con el Gobierno. Ahí comienzan las negociaciones con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich y lo encuentran en junio.

“No tengo pruebas, pero creo que hubo una negociación para que se entregue, no es que lo encontraron, con la promesa de que iba a inculpar a todos dirigentes kichneristas. Que pasó, Pérez Corradi, dijo que Sandra Arroyo Salgado le pidió una coima para que niegue la extradición (a Estados Unidos) y que (Ernesto) Sanz le pidió otra coima por un juicio en el Consejo de la Magistratura ¿Qué fiscal investiga esto?”, evaluó y preguntó Parrilli. 

“Me procesan porque demoré 15 días y ellos demoraron seis meses”, insistió Parrilli y agregó: “me procesan por encubrir a Pérez Corradi y él la Justicia le dicta falta de mérito”.

El ex funcionario también negó que la ex presidenta le haya pedido “apretar jueces”. “Nunca lo hicimos, pero por otra parte, ¿qué poder teníamos nosotros para hacerlo el año pasado –ya fuera del poder–?”, arriesgó. 

“Los servicios de inteligencia tienen la tecnología para modificar, cortar y editar las escuchas. Lo único que falta es que la ofrezcan en Mercado Libre”, volvió a la carga Parrilli, que no dudó en responsabilizar al Gobierno del “espionaje político”.