En Alternativa Federal confían que las elecciones cordobesas del 12 de mayo –podría extenderse unos días hasta las de San Juan, Entre Ríos, Tucumán y Chubut que se realizarán entre el 2 y el 9 de junio– servirán para ordenar el espacio. Es decir, que serán los gobernadores triunfadores, principalmente el cordobés Juan Schiaretti, quienes terminarán de definir la estrategia que llevarán adelante en los comicios nacionales. El tema es que las expectativas son diferentes. Mientras que Sergio Massa y Juan Manuel Urtubey anticipan que los gobernadores se decantarán por la competencia de todos los precandidatos en las PASO, en el sector de Roberto Lavagna imaginan que a esa altura ya estará claro que es el aspirante mejor posicionado para llegar a la Casa Rosada por lo que suscribirán su candidatura por consenso.
Mientras eso ocurre, cada uno mueve sus piezas. Lavagna se muestra como candidato. Inaugurará un pituco comando de campaña en Paraguay y 9 de Julio y planea una foto de “unidad” con los sectores que ya le expresaron su apoyo y que todos -los demás postulantes y gobernadores- aceptan como parte de un armado más amplio: el socialismo, el sector del radicalismo de Ricardo Alfonsín y el GEN de Margarita Stolbizer. Pero hay cosas que hacen ruido: por ejemplo, que en unos días son las primarias de Santa Fe donde el socialismo competirá con el peronismo en una elección que se anticipa pareja. “No nos llamaron para una foto así y la verdad es que en este momento no los veo a los gobernadores en una movida de ese tipo”, respondían ayer cerca de Massa.
Lavagna está más preocupado en construir su estructura política y grupo externo de apoyos, cuestión de generar una especie de operativo clamor que persuada al resto de Alternativa Federal de la necesidad de su candidatura única, de la que por ahora es el único realmente convencido. Planea su lanzamiento oficial para después de las elecciones cordobesas, para cuando calcula que su postulación habrá tomado más cuerpo, a nivel con el deterioro de la situación económica.
En el entorno de Massa admiten que hoy el diálogo con Lavagna está entrecortado, se mantiene pero a nivel de segundas líneas. En lo que coinciden es que los gobernadores serán quienes ordenarán la situación interna luego de que se liberen de la campaña en sus distritos. En el comando de campaña de Massa confían que ese ordenamiento se hará en base de dos premisas fundamentales: que las boletas de candidatos nacionales de cada provincia la arman los gobernadores y que tiene que haber PASO para definir la fórmula presidencial. En lo que creen que deben acordar una postura común con los demás precandidatos es en la presentación de un listado de cinco o seis puntos que todos se comprometan a llevar adelante en caso de resultar electos.
Hasta fin de junio, Massa seguirá con sus recorridas por el país, con mucho acento en el rescate de las pymes y el trabajo argentino. Buscarán sumar al armado a dirigentes del interior, sindicalistas y referentes sociales.
Manejan encuestas recientes. Cristina Kirchner es la candidata con mayor intención de voto y Mauricio Macri y la marca Cambiemos caen a niveles inéditos. En caso de que Macri no tenga adversarios en las PASO, los precandidatos de Alternativa Federal sumarían más votos que el oficialismo con (es lo que dicen en el Frente Renovador) Massa con algún punto por encima de Lavagna. Advierten diferencias entre los votantes de uno y otro. El de Massa es un votante de clase media y media baja, más parecido al peronista tradicional. Entre los de Lavagna, en cambio, hay más radicales y macristas desencantados, y gente de mayor poder adquisitivo. Esto, entienden, probaría un par de cosas. Una, que la diversidad de precandidaturas potencian al espacio. Dos, que con Massa mejor posicionado en los sondeos pierde sentido la pretensión del ex ministro de Economía de ser ungido sin competir.
Luego de las primarias en sus provincias, Uñac y Bordet plantearon repetir a nivel nacional un armado de unidad amplio como el que realizaron ellos, que incluyeron al kirchnerismo. Pero ambos también deslizaron que Cristina Kirchner debería dar un paso al costado para facilitar la construcción de ese frente. Dado que es la candidata que mejor mide, en el massismo reconocen que esa posibilidad se ve muy lejana. Pero que les gustaría que la ex presidenta definiera qué es lo que piensa hacer para poder trabajar con mayores certezas. Con todo, si una PASO con Cristina adentro parece hoy imposible, no ocurre lo mismo con los armados distritales, especialmente en la decisiva provincia de Buenos Aires. Alertados por la gobernadora María Eugenia Vidal, en la Casa Rosada firmaron un decreto para evitar la jugada de una lista común que el massismo venía conversando con los intendentes del PJ. Tanto en el Frente Renovador como en el peronismo anticiparon que recurrirán a todas las instancias judiciales posibles para invalidar el decreto. Una candidatura a gobernador única continúa siendo la principal hoja de ruta del peronismo en la Provincia para destronar a Vidal. En caso de que no prospere, las alternativas de Alternativa no están claras. Lavagna ve bien una postulación de Marcelo Tinelli, una figura que le aportaría muchas cosas de las que carece: conocimiento, popularidad, llegada a la juventud. Aunque su posible cosecha electoral es una incógnita.
En la ciudad de Buenos Aires, en cambio, Alternativa Federal cuenta con un ramillete de candidatos que, a priori, no parecen con posibilidades de destronar al macrismo: Marco Lavagna, Matías Tombolini, el socialista Roy Cortina y el presidente de San Lorenzo, Matías Lammens. Diferente sería si, como impulsa un sector del radicalismo, Martín Lousteau se incorporara al listado. Pero ese salto todavía está verde. Quienes hablaron en los últimos días con el ex ministro cuentan que lo escucharon barajar otras alternativas: cree que la candidatura de Macri no podrá mantenerse mucho más y que entonces se le abrirán nuevas perspectivas para jugar dentro del oficialismo.