En medio de la mayor crisis económica desde 2001 y con crecientes niveles de pobreza e indigencia, el Gobierno festejó la profundización del ajuste fiscal. “Hemos sobrecumplido las metas fiscales del primer trimestre”, anunció ayer el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y detalló que “llevamos 16 meses consecutivos de caída del gasto primario en términos reales”. Según detalló, en el período enero-marzo se registró un superávit primario de 10.347 millones de pesos gracias a la caída de 14 puntos porcentuales en el gasto público en términos reales, cuando en el mismo período del año pasado anotó un déficit primario de 31.001 millones. En cambio, el déficit financiero (que agrega al resultado primario los intereses de la deuda) creció un 32 por ciento en marzo. En el primer trimestre, el déficit financiero empeoró un 25,4 por ciento a partir de la suba del 106,7 por ciento en la factura de intereses de la deuda.
Con la escalada del dólar como telón de fondo, el ministro Dujovne anunció los resultados fiscales de marzo y el seguimiento de las metas de “déficit cero” acordadas con el FMI durante el primer trimestre. El ministro intentó llevar calma a los inversores financieros de los cuales depende en buena medida la estabilidad de la economía argentina, luego del plan de controles de precios y freno a la política de tarifazos hasta las elecciones anunciado la semana pasada por el Gobierno. El plan “llegar a octubre” consiste en mostrar ante el electorado algún tipo de proactividad frente al descalabro inflacionario al tiempo que apunta todos los cañones a evitar una nueva corrida del dólar. Para este segundo propósito, cuenta con el apoyo del FMI y no mucho más, porque está en evidencia el grado de fragilidad de la economía nacional.
El primer trimestre cerró con un superávit primario de 10.347 millones de pesos, a partir de un incremento de los ingresos fiscales del 39,8 por ciento frente a una suba de los gastos del orden del 31 por ciento. Como en términos reales la recaudación está por debajo de la inflación (con lo cual hay caída en términos reales de los ingresos estatales), el principal ajuste fiscal provino por el lado de las prestaciones sociales, que subieron un 29,7 por ciento, muy por debajo de la inflación que superó el 54 por ciento el mismo período. El Gobierno festejó los datos de superávit primario del período enero-marzo diciendo que se trata del primer trimestre con resultados positivos en esta materia desde 2011.
Dujovne también recalcó que se trata de un sobrecumplimiento con respecto a las metas definidas por el acuerdo con el FMI para este período. El convenio con el Fondo establece un piso de superávit fiscal de 6 mil millones de pesos para el primer trimestre, aunque el Gobierno aclara que había posibilidades de desmejorar ese resultado a través de gastos sociales y de capital hasta un rojo de 2312 millones. “En cuatro años, bajamos cinco puntos porcentuales el peso del gasto público en el PIB”, destacó Dujovne. Los recientes anuncios en materia fiscal implican que el Gobierno a través de la política económica contribuye a profundizar la recesión y la crisis social. Marzo reflejó peores números fiscales que el total del trimestre. El mes pasado se produjo un aumento de los ingresos fiscales del 33,3 por ciento, mientras que los gastos primarios lo hicieron al 30,2 por ciento. Eso implicó una reducción del 11,3 por ciento en el déficit primario mensual, hasta los 13.037 millones de pesos.
A diferencia del resultado primario, cuando se agregan en la cuenta los intereses de la deuda hay una desmejora de las cuentas públicas oficiales en comparación con 2018. En marzo, la factura de intereses subió de 23.194 millones a 36.801 millones de pesos, un 58,7 por ciento. Eso impactó en un empeoramiento del resultado financiero, de un rojo de 37.896 millones de pesos a un déficit de 49.838 millones (un 31,5 por ciento). En el primer trimestre, la factura de intereses pasó de 60.522 millones de pesos en 2018 a 125.129 millones de pesos este año, una fuerte suba del 106,7 por ciento, con lo cual ya equivale al 0,6 por ciento del PIB. El resultado financiero del período enero-marzo se deterioró en un 25,4 por ciento interanual (de un rojo de 91.523 millones a un déficit de 114.782 millones de pesos).
Dujovne recordó que el paquete de medidas anunciado la semana pasada “tiene un costo fiscal que no llega a los 10 mil millones de pesos a raíz de los cambios en la forma de aplicación de los aumentos en la tarifa de gas, la suspensión de las últimas subas de la tarifa mayorista eléctrica y la concesión de rebaja de retenciones a pymes”. Ponderó el impacto de los próximos meses de las retenciones a la soja y el maíz sobre la recaudación y atribuyó la suba del riesgo país a la “incertidumbre de los mercados sobre las propuestas económicas de los sectores de la oposición”.