"El kirchnerismo tiene la misma intención de voto y muchos votantes de Cambiemos pasaron a indecisos. Va a ser una elección pareja", reconoció anoche el presidente Mauricio Macri en un programa de televisión donde analizó el escenario electoral. Sentado frente a la ex chimentera devenida en entrevistadora de políticos, Viviana Canosa, el mandatario ratificó su vocación de presentarse a la reelección y dejó la puerta abierta ante la posibilidad de que el ex embajador en Estados Unidos, Martín Lousteau, sea su compañero de fórmula: "Lo estoy conociendo", dijo, luego de haber mantenido dos reuniones con el economista de la UCR en las últimas semanas. De todas maneras le advirtió a la conductora que no le iba a "a pronosticar el vice".
Consultado respecto de la situación económica y el enorme endeudamiento que llevó adelante durante sus tres años y medio de gestión, Macri ratificó el rumbo: "Nunca el FMI dio este nivel de crédito. Estamos en el rumbo correcto. Por este camino hay futuro. Me siento bien y convencido de lo que estamos haciendo. Trabajo para los argentinos", aseguró.
Con poco para ofrecer en materia de logros concretos, el Presidente recurrió al viejo libreto de la herencia y la confrontación con el kirchnerismo: "No podemos volver atrás. La vuelta atrás genera mucha incertidumbre. No volvamos a las mismas mentiras. Heredamos una bomba. Nos vaciaron las reservas. Peor que lo que robaron en la década pasada es lo que desperdiciaron. Antes no tenían cloacas y convivían con la mierda. No medían la pobreza para no estigmatizar", aseguró en otro tramo de la entrevista el líder del PRO.
"Estoy al tanto de lo que le pasa a la gente. Tenemos que cambiar el alma al país. Ochenta años no se resuelven en tres, mi mayor adversario es el escepticismo", agregó el jefe del Estado en un intento de mostrar profundidad y sensibilidad social.
Entre otras cosas, también descartó que existiera una interna dentro de Cambiemos entre el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta. Aseguró que se trataba de "un mito". "El nivel de entendimiento y lealtad no se vio nunca en la política", aseguró Macri y calificó como "brillante" al consultor el ecuatoriano Jaime Durán Barba, uno de los cerebros detrás de su campaña electoral.
En cuanto a la inflación y el paquete de medidas de "alivio" anunciadas la semana pasada, volvió a la estrategia de desresponsabilizar a su gobierno. "Tuvimos un pico de inflación que nadie previó", dijo en referencia a los aumentos de precios, que superaron el 50 por ciento anual.
"Estamos seguros que estas medidas económicas van a ser un alivio", insistió y agregó que su gobierno debería "haber sido más prudente con los pronósticos" sobre cómo iban a modificar la realidad de los argentinos. Finalmente dijo que "el 2018 fue el peor año" de su vida y lanzó una frase que inundó el estudio de aroma a campaña electoral: "No estoy por poder ni por dinero, estoy para ayudar. Trabajo para los argentinos. Me siento bien y convencido de lo que estamos haciendo. Me encantaría ser mago pero no puedo".