Uno de los dos jóvenes chilenos condenados hace un año en Malasia por el asesinato de una travesti, llegó en las últimas horas a Santiago de Chile. Se trata de Felipe Osiadacz, de 27 años, quien al igual que su compañero de infortunio gozaba de libertad condicional. La propia cancillería chilena confirmó la noticia, y aclaró que la Constitución del país trasandino ampara a Osiadacz, ya que no había una orden de captura pendiente contra él. "El Estado de Chile desea expresar su absoluto respeto a las decisiones adoptadas por los tribunales de Justicia del Reino de Malasia”, aclaró, sin embargo, el gobierno de Sebastián Piñera.
Osiadacz había ingresado a Malasia con pasaporte español y salió de allí con el chileno. Pasó 500 días detenido junto con su amigo Fernando Candia. Para la justicia malaya, fueron responsables del “homicidio accidental” de una travesti en una pelea callejera el 4 de agosto de 2017. Según los chilenos, la travesti (o “lady boy”, como se las conoce en Kuala Lumpur, la capital malaya) los había hostigado. La travesti fallecida sufrió un paro cardíaco por los golpes, pero los dos acusados, que se habían declarado culpables, alegaron que no habían percibido que estuviera drogada, que solo intentaron inmovilizarla.
Por el hecho ambos recibieron una condena a tres años de prisión, de los cuales cumplieron 16 meses. Quedaron en libertad en diciembre, pero no podían dejar Malasia hasta tanto se resolvieran las apelaciones pendientes.
El chileno repatriado tenía su pasaporte español vencido y lo renovó en diciembre pasado en Kuala Lumpur. La gran pregunta es cómo no detectaron su salida las autoridades malayas. Según la prensa chilena, Osiadacz pasó de Malasia a Singapur o Indonesia. De allí viajó en avión rumbo a Bélgica, donde reside su novia. Finalmente, embarcó en Bruselas en un vuelo de Iberia rumbo a la capital chilena y fue recibido por sus familiares en el aeropuerto de Santiago.