El Instituto Estadístico de los Trabajadores presentó hoy en la sede de la CGT su medición de la inflación mensual de los asalariados y una proyección para 2017 que se aleja de las previsiones oficiales.

Según el relevamiento realizado por la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET) la inflación de enero se ubicó en el 1,6 por ciento y calculó un incremento anual de 32 por ciento para todo el año, a pesar de que la meta inflacionaria del Gobierno para 2017 es de 17 por ciento.

Además, el Instituto reveló que entre diciembre de 2015 y enero de 2017, el salario real de los trabajadores formales cayó en promedio 6,2 por ciento respecto del nivel de noviembre de 2015. Y estimó un empeoramiento de los índices para los próximos tres meses, cuando la inflación volvería a ubicarse por encima del 2% mensual, producto de la nueva suba de tarifas de electricidad (febrero-marzo), más eventualmente en gas, agua y transporte público.

En enero, las mayores alzas se dieron en “otros bienes y servicios”, que subió 5,3 por ciento, impulsada por subas en cigarrillos, cepillos de dientes o pañales descartables para bebés, mientras que “indumentaria y calzado” registró un alza del 3,6 por ciento y “esparcimiento” una del 3,0 por ciento, en este último caso por cuestiones estacionales (temporada alta en hotelería).

El 42,3 por ciento de los 326 rubros relevados mostró subas mayores al 1,5 por ciento mensual en enero, en tanto un 29,2 por ciento tuvo subas moderadas (entre 0 y 1,5 por ciento) y un 28,5 por ciento permaneció sin cambios o bajó de precio.

A nivel interanual, la inflación para el decil 1, de menores ingresos, sigue siendo mucho más intensa que para el decil 10 (36,8% contra 29,3%), por el efecto del “tarifazo” de servicios públicos de febrero-abril de 2016.

Durante enero, la inflación afectó más a los hogares asalariados de mayores ingresos, debido fundamentalmente a que “esparcimiento” y naftas (de mayor incidencia en los hogares de mayores ingresos) subieron por encima de la media, a lo que se sumó que marzo es tradicionalmente un mes de elevada inflación por cuestiones estacionales.