Los científicos del Conicet se movilizarán otra vez mañana frente al Ministerio de Ciencia para pedir la incorporación de los 500 empleados despedidos a los que se les extendieron las becas hasta el 31 de diciembre pero se les negó la permanencia en la planta estable del organismo, a pesar de que algunos trabajaron en negro entre cinco y siete años. 

Mañana empezará la primera mesa de seguimiento del acuerdo entre el Conicet, el ministerio y el colectivo de científicos agrupados en la “red federal de afectados” para discutir cómo se va a aplicar el acuerdo que se firmó el 23 de diciembre, por el cual los empleados despedidos habían conseguido una prórroga de sus becas. Entonces, y después de que el ministro de Ciencia Lino Barañao reconociera que no se le iban a respetar sus puestos laborales como planta permanente, se había pactado que los reubicarían en otros organismos y universidades nacionales.

“Durante todo enero los afectados se reunieron y decidieron reclamar por el ingreso en el Conicet porque en definitiva se prepararon y fueron evaluados para entrar a ese organismo y no otro”, explicó a Página/12 la becaria doctoral Agustina Miguel, integrante de la organización “Jóvenes Científicos Precarizados”. Miguel resaltó que hay mucha incertidumbre entre los trabajadores porque esta parte del acuerdo "siempre fue gris y poco clara”.

Una de las preocupaciones centrales de los trabajadores es que el acuerdo fija que entrarán en las otras instituciones con las mismas condiciones laborales que tiene un investigador del Conicet, pero no explicita si le permitirán seguir con la misma línea de investigación que cada uno venía desarrollando. "Eso es muy importante para ellos, no entienden por qué no pueden seguir en el Conicet y hacer carrera allá si el dinero es supuestamente el mismo ”, señaló Miguel.