La crisis financiera comenzó esta semana una nueva fase. Inversores locales se mostraron reticentes para renovar las letras de corto plazo en moneda extranjera que emite el Ministerio de Hacienda. El vencimiento de las Letes era de 1250 millones de dólares y la renovación fue por 750 millones. Hasta ahora los vencimientos se venían cubriendo en su totalidad, pero en esta licitación el porcentaje fue del 60 por ciento. Esta cifra fue todavía menor si se consideran únicamente las Letes en manos del sector privado. El vencimiento con estos acreedores era 1043 millones y la renovación fue por 543 millones, es decir un 52 por ciento.
El Ministerio de Hacienda informó que subió la tasa de interés de las letras en dólares para intentar convencer a inversores de mantenerse en Letes, aunque casi la mitad prefirió no continuar en esos activos. Una de las explicaciones es que el próximo vencimiento es a partir del 29 de noviembre, una fecha posterior al balotaje.
“En el día de hoy se recibieron ofertas por 1023 millones de dólares. De ese total se adjudicaron 750 millones a un precio de corte de 968,5 dólares por cada 1000 de valor nominal. La tasa nominal anual ofrecida fue de 5,47 por ciento”, precisó la cartera a cargo de Nicolás Dujovne. En el llamado a licitación se había ofrecido una tasa del 5,0 por ciento pero debió aumentarla hasta casi 5,5 por ciento para permitir que ingresen más inversores (y mejore la cifra de renovación).
En el mercado la falta de apetito por las Letes fue visto como una muestra más de la incertidumbre financiera y la incapacidad del equipo económico para recuperar la confianza. El panorama de los bonos en dólares de corto plazo es reflejo de esa situación. Los títulos con vencimientos a menos de dos años registraron fuertes caídas en las últimas semanas y se negocian en torno al 90 por ciento de su paridad. El resultado es que la tasa de retorno (tir) de estos activos es de más del 15 por ciento, cuando en abril del año pasado era cercana al 5 por ciento. Es el caso del título Argentina 2020 cuyo precio es 90,9 dólares y el consiguiente retorno se eleva a casi 16 por ciento.
El riesgo país sigue entonces en aumento anotando un nuevo pico de la administración Macri, al ubicarse en 868 puntos. El indicador elaborado por el JP Morgan se encuentra cada vez más cerca de los 900 puntos, lo que muestra el desgaste de las expectativas de los inversores. En enero y hasta mediados de febrero el índice había bajado de 800 a menos de 630 puntos. Pero a partir de marzo, con el regreso de la inestabilidad cambiaria, la aceleración de la inflación y las dificultades para recomponer el movimiento de la economía, los bonos volvieron a desplomarse.
El dólar finalizó en 43,52 pesos, descendiendo 17 centavos (0,4 por ciento). Las reservas internacionales del Banco Central terminaron en 72.551 millones de dólares, al bajar 247 millones de dólares. La autoridad monetaria licitó Leliq por 185 mil millones de pesos y ofreció tasa promedio de 67,89 por ciento, cuando había sido de 67,87 por ciento en la jornada previa. En tanto, la bolsa porteña registró un leve rebote de 0,5 por ciento. Se destacaron las subas del 3,3 por ciento de Transportadora Gas del Sur, de 2,3 por ciento de YPF y de 2,1 por ciento de Edenor. Entre las bajas sobresalió la caída de 1,1 por ciento de Macro.