Algunos obreros empleados en la renovación de la catedral de Notre Dame, en París, fumaban en la obra aunque estaba prohibido, admitió la empresa responsable de las tareas. Según el semanario francés Le Canard enchaîné, los investigadores encontraron siete colillas de cigarrillos cerca de los andamios, aunque no descartan que el incendio se haya originado debido a fallas en el sistema eléctrico.
"Efectivamente, algunos empleados violaban esta prohibición de vez en cuando y lo lamentamos", afirmó Marc Eskenazi, portavoz de Le Bras Frère, la empresa a cargo de la renovación de la catedral, luego de que se conociera la publicación de Le Canard enchaîné. "(Los obreros) se lo han dicho a la policía", agregó.
Aunque admitió el error de los empleados, Eskenazi descartó que las colillas mal apagadas hayan sido las causantes del incendio de la semana pasada. "Cualquier persona que haya intentado alguna vez prender el fuego de una chimenea (sabe que) no pasa gran cosa cuando se lanza una colilla sobre un tronco de roble", aseguró el vocero. La refacción implicaba también tareas en el sector donde 1.200 troncos de roble sostenían la cubierta de la catedral. Eskenazi admitió que “estaba prohibido fumar en los andamios”, pero que los empleados de la empresa lo hacían de todos modos debido a que era “un poco complicado bajar porque tomaba tiempo”.
Otra de las hipótesis bajo investigación sugiere que el fuego se inició en los motores eléctricos de los ascensores colocados para montar los andamios, pero Eskenazi aseguró que no hubo“ningún problema” con ellos. "Bajo ninguna circunstancia son responsables del incendio", sostuvo.
Los investigadores no descartan que el fuego se haya originado de forma accidental por un cortocircuito, aunque todavía se deben estudiar los restos del incendio para determinar las causas. Según Le Canard enchaîné, se detectaron irregularidades en la instalación eléctrica en el tendido que alimentaba un juego de campanas que se encontraba en la aguja y en la que recorría las vigas de madera de la catedral.
Este tendido eléctrico había sido autorizado en 2012 de forma provisional a pedido de los clérigos de Notre Dame durante la renovación de los campanarios principales. De esta forma se buscaba electrificar las campanas, aunque el dispositivo debía ser sustituído. La publicación francesa afirmó que nunca se realizó la sustitución y que sobre este tendido se instalaron los andamios de roble para la restauración de la aguja.
Los investigadores establecieron que las campanas de la aguja sonaron el día del incendio a las 18.04 horas (hora local) para llamar a la misa prevista a esa hora. Doce minutos más tarde se encendió la primera alerta de detección de humo en el puesto de seguridad de la catedral y cinco después sonó la primera alarma de incendio. En ese momento se inició la evacuación de los feligreses. Sin embargo, los dos encargados de seguridad afirmaron que no encontraron las llamas y, al pensar que se trató de una falsa alarma, permitieron que las personas reingresaran a la catedral
Según Le Canard enchaîné, los encargados fueron enviados a buscar el fuego al lugar equivocado, aunque la empresa de seguridad lo negó rotundamente. A las 18:30 volvieron a sonar las alarmas y se realizó nuevamente la evacuación. Veinte minutos más tarde, los agentes encontraron el fuego en la base de la aguja.
Sobre las 18.30 volvieron a sonar las alarmas y, en ese momento, los fieles fueron evacuados y, entre diez y veinte minutos más tarde, los agentes localizaron el fuego en la base de la aguja.
A las 18.51 los dos oficiales de seguridad llamaron a los bomberos, que llegaron en diez minutos pero no encontraron bocas de agua con la suficiente potencia como para apagar un incendio que ya había crecido. Según el semanario francés, la instalación anti-incendios estaba diseñada para apagar un fuego en su inicio, pero debido a que se demoró tanto en localizarlo ya había avanzado demasiado.