La reforma jubilatoria presentada por el gobierno de Jair Bolsonaro (foto) fue aprobada ayer en la Comisión de Constitución y Justicia de la Cámara de Diputados y pasará a tratarse en una nueva instancia de debate. La medida, rechazada por la oposición de izquierda, salió por una mayoría oficialista de 48-18 y luego de nueve horas de debates acalorados que obligaron a suspender la sesión en varias oportunidades.
La Comisión de Constitución y Justicia era el primer obstáculo para la reforma propuesta por el ultraderechista que plantea endurecer las normas para el acceso al actual sistema de jubilación. Entre otras cosas, el sistema sería sustituido por un régimen de carácter individual y privado, similar al chileno, que depende de lo que cada trabajador haya podido ahorrar a lo largo de su vida. Además, el plan establece una edad mínima jubilatoria de 62 años para las mujeres y 65 para los hombres. Por otro lado, la propuesta determina que los brasileños que quieran jubilarse con una pensión completa deberán contribuir durante 40 años con el sistema (según la norma actual, las mujeres pueden jubilarse con 30 años de cotización y los hombres con 35) y aumenta de 15 a 20 años el tiempo de contribución para recibir el beneficio mínimo.
La iniciativa de reforma es prioritaria para el presidente brasileño que la definió como esencial para garantizar la “confianza” de los inversores y permitir el repunte de la economía. “Dimos una señal muy buena a Brasil y ahora necesito hablar con los líderes de las bancadas para los próximos pasos”, consideró el titular de la Cámara Baja, Rodrigo Maia. El jefe de Diputados comentó también que para que la reforma jubilatoria llegue a buen puerto aún tiene que ser “afinada” con el ministro de Economía, Paulo Guedes.
Una vez convalidada la constitucionalidad del proyecto, el paso siguiente será debatirlo en otra comisión que se formará para discutir el asunto desde el punto de vista político y económico. El oficialismo espera instalar esa instancia esta misma semana, a fin de que comience un debate que según estiman durará dos meses. En caso de aprobada, la propuesta llegaría al pleno de la Cámara Baja y, solo si fuera respaldada por una mayoría calificada, sería entonces discutida en el Senado que tendría la última palabra.
Según el gobierno, la reforma propiciará al Estado un ahorro de unos 265.000 millones de dólares en una década y que, según dicen, serviría para terminar con el déficit fiscal. La oposición, en tanto, sostiene que ese déficit puede ser superado con otras medidas de corte fiscal, y no con una medida regresiva para los trabajadores.