Una exploración visual sobre la soledad y el aislamiento; una aproximación surrealista que vuelve sobre fragilidad frente al individualismo; un acercamiento distópico y desprejuiciadamente fantasioso a un futuro posible, donde la lente romántica ve lindura incluso en lo inhóspito: apenas algunas lecturas que habilita la fotógrafa norteamericana Karen Jerzyk con su serie The Lonely Astronaut. Imágenes que imaginan el retorno de una astronauta a la tierra en un mañana distante, topándose ya con un planeta vacío, desértico, donde la humanidad es cosa del ayer. “Pero abandono no quita beldad”, pareciera resalir la artista, que se hizo de un traje espacial vintage años atrás (“auténtico, que resiste gran altitud”) y desde entonces sí que le saca provecho: la acompaña en cada viaje que realiza, y en distintas latitudes, en las más diversas locaciones, se lo calza Jerzyk a modelos de ocasión, de diversas ciudades. En escenarios evocadores que han visto mejores días, sean vagones de tren desatendidos, salas de concierto o teatros que acumulan polvo, fachadas de casas en proceso de volverse ruina: espacios visitados por la astronauta solitaria, a veces en actitud contemplativa, a veces en pose lúdica o hasta campechana (jugando con un teléfono de línea, leyendo un libro, tocando el piano y así).
“La serie nace de una combinación de factores: mi amor por lo expedicionario y la ansiedad que ocasionalmente me despierta estar rodeada de otras personas; sentir, en resumidas cuentas, que no pertenezco a ninguna situación social determinada”, se sincera la mujer, que lamenta (claramente, en broma) no tener una máquina del tiempo funcional “para documentar el regreso de una humana al planeta en mil años”. “Se me ocurre que, en un momento u otro, todos nos sentimos como esta navegante espacial: nuestras vidas pueden ir de mal en peor, pero es innegable que afuera aún hay maravillas por ser descubiertas. El asunto es salir adelante y seguir explorando”, propone la resiliente con residencia dividida (en Boston y Nueva York), que en breve expondrá algunas de sus piezas en la galería PS Kaufman de Los Angeles.