La canasta básica total se disparó en marzo un 4,3 por ciento con respecto al mes anterior y acumula un 60,9 por ciento en doce meses. La escalada registrada en el umbral de ingresos que establece la línea de pobreza revela el impacto de la devaluación y los tarifazos sobre los sectores más vulnerables. Las cifras oficiales marcan que un hogar con cuatro miembros requiere 28.750 pesos para no ser considerado pobre, 10.833 pesos más que un atrás. La canasta básica alimentaria, que define la línea de indigencia, aumentó en febrero un 4,7 por ciento con respecto al mes anterior y en un año asciende a 64,2 por ciento, según informó el Indec. Con esta suba, un hogar de cuatro personas necesita 11.640 pesos por mes para consumir los requerimientos calóricos mínimos necesarios para sobrevivir.
El incremento en las canastas obedece a la aceleración de la inflación que registró con especial énfasis sobre los alimentos. El índice de inflación de marzo alcanzó el 4,7 por ciento mensual, lo cual ubica en el 11,8 por ciento el avance de los precios en el primer trimestre. El rubro de alimentos y bebidas, lleva en tres meses un aumento del 15,8 por ciento y alcanza el 64 por ciento en el último año.
Las canastas del Indec son utlizadas para estimar la pobreza y la indigencia. Las últimas cifras oficiales mostraron que el año pasado la cantidad de pobres creció en 6,3 puntos porcentuales para pasar a representar al cierre del segundo semestre el 32 por ciento de la población. Este dato es el promedio de esos seis meses. El Instituto elabora un informe interno con la evolución de la pobreza por trimestre, y en el último del año pasado ese indicador fue de 36 por ciento. En un año se sumaron 2,9 millones de pobres. En tanto, la indigencia en la segunda parte del año se ubicó en el 6,7 por ciento, 1,9 puntos por encima de igual período del año pasado.