El hombre que el viernes atacó a militares junto al museo del Louvre en París, formalmente identificado como Abdalá El Hamahmy, asegura que actuó por su cuenta, sin ser guiado por el grupo Estado islámico (EI), indicó ayer una fuente cercana a la investigación¢n. El Hamahmy, egipcio de 29 años, explicó haber actuado “sin haber recibido órdenes del grupo Estado Islámico” cuando entró en el Carrusel del Louvre para, en sus palabras, llevar a cabo una acción simbólica contra Francia –degradar obras del museo– en respuesta a “los bombardeos de la coalición internacional contra los hermanos en Siria”, según la misma fuente. Esta versión contradice totalmente su actuación cuando llegó al museo, con un machete de 40 centímetros en cada mano, en dirección a los militares, al grito de ‘Al  Akbar’ (Dios es el más grande, en árabe). A ojos de los investigadores, el sospechoso “asume una cierta adhesión a las tesis del EI”. Gravemente herido por disparos de los soldados, el lunes comenzó a hablar con los investigadores, pero su estado de salud se agravó mucho el martes, por lo que se suspendió su detención provisional. El agresor pertenece a una familia egipcia relativamente acomodada, y lleva una vida de directivo de empresa en Emiratos Arabes Unidos. Nada parecía predestinarlo a realizar este ataque. Tenía todo para forjarse una exitosa  carrera en su rico país de residencia pero, llegado el 26 de enero a Francia desde Dublín con visado turístico, el egipcio pasará a la historia como el atacante del museo más frecuentado del mundo.