El nivel de empleo industrial es la única variable laboral que exhibe un comportamiento constante: cayó en 38 de los 39 meses de la gestión de Cambiemos cubiertos por las estadísticas laborales oficiales para alcanzar sus valores más bajos en una década. A lo largo de los últimos tres años la pérdida de posiciones fabriles no sólo acompañó la apertura comercial, las devaluaciones, las corridas cambiarias, los tarifazos, el incremento en las tasas de interés, la contracción del mercado interno y el ajuste sino que estuvo presente durante el breve período de crecimiento económico. Los registros administrativos del Sistema Integrado Previsional Argentino muestran que en febrero se contabilizaron 7900 posiciones menos que en enero y 69.500 empleos menos que doce meses atrás. El contador marca la pérdida de 134.200 posiciones desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri. Las pérdidas acumuladas representan el 10,7 por ciento de las posiciones manufactureras que existían a finales de 2015. Los puestos perdidos corresponden a los segmentos de trabajadores con remuneraciones entre 10 y 25 por ciento por encima del promedio.
La crisis laboral excede, sin embargo, a la actividad industrial. Las estadísticas globales revelan que en febrero hubo 31.800 empleos registrados menos que en diciembre y 252.000 menos respecto del mismo mes del año pasado. Los asalariados del sector privado concentraron las pérdidas: 13.500 en el mes y 159.400 mil posiciones por debajo de las observadas a inicios de 2017. Durante febrero, 10 de los 14 sectores considerados registraron una caída en la dotación de trabajadores.
El deterioro está concentrado en las actividades vinculadas al mercado interno. Además de la industria siguen mostrando caídas comercio y transporte. A nivel geográfico, la destrucción de empleo está concentrada en la provincia de Buenos Aires, pero 21 de las 24 jurisdicciones registraron pérdidas de puestos de trabajo a lo largo de los últimos doce meses. Las provincias que acumulan las mayores caídas interanuales son Tierra del Fuego (9,4 por ciento), Catamarca (7,3), Chaco (6,7) y Formosa (6,7).
El Ministerio de Producción y Trabajo estima que la pérdida de empleo fue acompañada por una contracción de 8,8 por ciento en la capacidad de compra de los salarios promedio en doce meses. Al ritmo de la sostenida contracción de la demanda, en febrero se registraron 4000 posiciones menos en el rubro comercial que durante enero mientras que las pérdidas ascienden hasta los 44.300 puestos de trabajo en doce meses. El empleo sectorial se ubicó así en niveles inferiores a los contabilizados al finalizar el gobierno anterior.
También asociado a la caída del consumo, se observan retrocesos del empleo hoteles, restaurantes, actividades inmobiliarias y transporte. Antes que un proceso de disparada en los despidos sin causa, las estadísticas generales del empleo asalariado privado estarían reflejando un desplome en las incorporaciones de personal. Las empresas dejaron de cubrir las vacantes que se producen habitualmente por renuncias y retiros jubilatorios permitiéndoles un rápido ajuste de la dotación de personal sin incurrir en erogaciones económicas adicionales. Además, la pérdida de empleo asalariado registrado no se traduce en un salto del desempleo porque estuvo acompañado por un proceso de creación de empleo en posiciones precarizadas.
Entre los sectores que para los funcionarios de la dependencia laboral muestran signos de recuperación a lo largo de los últimos meses figuran la construcción, energía, minería y el agro. Las mejoras son tímidas y erráticas. La construcción acumula una caída interanual de 11.500 posiciones pero la variación mensual evidencia la creación de 3000 empleos en febrero. La actividad agropecuaria, por su parte, no logra sostener la mejora y en febrero perdió 1500 empleos frente a enero, aunque arrastra una leve variación positiva de 1600 posiciones en doce meses.