Nicolás Pauls descansa, un sábado de sol, en una plaza de Córdoba. Lo hace entre una función y otra de “Atracción fatal”, obra teatral de José María Muscari en la que actúa, mientras habla con PáginaI12 de Interior, su flamante disco. El ruido ambiente es un cocoliche. Lo atacan de un lado un grupo de cuarteto versionando a Marvin Gaye, del otro una banda de sikuris, otra de cumbia, y pibes bailando breackdance. Todo junto. “Voy a abstraerme un poco sino no puedo hablar”, se ríe el músico-actor al teléfono. Acto seguido anuncia fecha, hora y lugar del estreno de su trabajo: este viernes a las 20 horas en La Usina del Arte. “Vamos a tocar todos los temas de Interior, intercalados con otros de Comienzo (disco anterior), algunos inéditos y otros, como ´Sanar´, grabados en los dos discos, pero en diferentes versiones”, dice. El ejemplo cabe bien porque, atravesado por una blanca calma, se clava directo en el corazón del disco. Y se extiende, con muy pequeños brotes de volumen entre medio, al resto de las piezas: once en total.

Una blanca calma que se traduce, también, al toque suave de los cuatro músicos que acompañaron a Pauls en el estudio: Tito Losavio en guitarra, Dhani Ferrón en bajo, Alejandro Corvalán en piano y José Bale, en percusión “!Tremendo ¿no?! La verdad es que una banda así te facilita todo”, se entusiasma el también baterista, que además se dejó acompañar, en ciertas canciones, por Mark Kozelek (“Seed”), Fernando Samalea, y Gonzalo Aloras, entre otros. “Hay canciones, como “Alegría” o “Sem falar”, que ya las he grabado en otras oportunidades. Lo hago porque me gusta cómo van tomando distintas formas con distintos músicos”, dice Pauls, que viene ladeando caminos musicales, a través de varias agrupaciones que lo han mostrado en una faceta diferente a la actoral.

En tal tren, fue parte de Las 4 estaciones, de La Terminal, de 4to Espacio --proyecto que compartió con el mismo Ferrón-- y Horizonte, además de haber debutado como solista en 2016, mediante Comienzo. “Mis dos discos solistas se parecen en el tono, la intimidad, el volumen y el humor de las canciones. Comienzo, que en realidad no había sido concebido como un disco para editar, fue el que me animó a salir a cantar canciones mías. Hasta él, mi experiencia en escenarios había sido como baterista, y a partir de él me entusiasmé. Son discos totalmente familiares”, compara Pauls, también a punto de mostrar ambos trabajos junto a Losavio en una gira por España, Portugal, Francia, Bélgica, Italia y Alemania.

--La metáfora spinetteana de blanca calma puede dar cuenta no solo de las músicas serenas que habitan Interior, sino también del concepto que se extiende al diseño del arte de tapa (una foto de una flor de floripondio con una abeja) y también a las letras ¿Coincidís?

--El título tiene que ver con que yo, cuando hago la música y las letras de las canciones, hablo de mí. No hablo ni de personajes ni de historias que no me pertenecen, eso lo dejo para cuando actúo. Esto quiere decir que con las canciones hablo desde muy adentro de mí ser. Interior grafica muy bien esto. Son canciones despojadas, que no admiten complejidades. Son temas simples, finos y con sutilezas. Respecto de la metáfora que decís, sí, algo tendrá que ver porque Luis ha tenido mucho que ver con mi vida. Ha sido muy generoso conmigo y con mi familia. Todo el tiempo siento que le estoy agradeciendo eso, y la influencia de su música, claro.

--¿Qué otros músicos se cuelan en tus músicas?

--Nick Drake, Tim Buckley, Caetano Veloso, son algunos de los músicos que se impregnan en mi manera de ser, de tocar, de cantar. Creo que Ferrón también ha tenido mucho que ver en la conformación de un parecer, de un estilo. Con él he grabado, he girado, he compartido proyectos, hemos dejado de tocar juntos, y hemos vuelto a hacerlo. Para mí, estar al lado de Dhani es estar al lado de la melodía, y de Luis, por supuesto.

--¿Cómo conviven en vos música y actuación?, ¿de qué manera graduás la interacción entre ambas dimensiones?

--Son dos vocabularios que me seducen y, la verdad, nunca sentí la necesidad de abocarme solo a una cosa porque, si bien hago música desde mucho antes de actuar, cuando empecé a actuar nunca dejé de tocar. Quiero hacer las dos cosas. Y las hago… nunca dejé de tocar para actuar, ni de actuar para tocar.