El 26 de abril de 2009, los Cleveland Cavaliers de un joven LeBron James vencían por 99 a 78 a Detroit Pistons y los barrían de la serie de primera ronda de los Playoffs luego ganados por Kobe Bryant y sus Lakers. Aquel encuentro, donde el futuro "Rey" de la liga se destacó con 36 puntos, 13 rebotes y ocho asistencias, sería el último de Walter Herrmann en la NBA, quien armaría las valijas hacia España tras tener una temporada de poca actividad con los Pistons.
Portador de una icónica larga cabellera rubia y unas manos gigantes que le permitían tomar la naranja como a una pelota de tenis, Herrmann --quien actualmente es figura en Atenas de Córdoba-- llegó a la NBA tras destacarse en Europa (fue MVP del torneo en 2003 con Fuenlabrada) y con la Selección Argentina, donde consiguió la medalla de oro en Atenas 2004, con una recordada actuación durante la eliminación al Dream Team en semifinales, marcando once puntos.
Su arribo a la liga estadounidense sería de la mano de los Charlotte Bobcats, que lo firmaron en la 2006-2007 convirtiéndolo, a los 27 años, en el séptimo argentino en pisar la NBA (en ese momento estaban Emanuel Ginóbili, Andrés Nocioni, Carlos Delfino y Fabricio Oberto; y ya habían pasado Rubén Wolkowyski y Juan Ignacio Sánchez).
Los Bobcats (que hoy llevan el nombre de Hornets) transitaban su tercer año de vida y estaban en plena construcción, por lo que en su plantel se destacaban jóvenes jugadores provenientes del Draft o rechazados por otros equipos. En ese contexto, Herrmann era una verdadera apuesta que llegaba del exterior y figuraba al fondo de la rotación, por detrás del alero Gerald Wallace (goleador y además estrella defensiva del equipo) y del novato sensación Adam Morrison.
Seleccionado en la tercera posición del Draft por el nuevo gerente Michael Jordan, Morrison era la gran ilusión del equipo. Caracterizado por un imponente bigote, el alero venía de ser estrella a nivel universitario y tenía asegurado su puesto como titular. Pero tras un digno comienzo de temporada, su baja efectividad de tiro y una incorregible y pachorrienta actitud defensiva lo sacarían del quinteto inicial (y marcarían el futuro de su corta carrera), lo que le daría más minutos a Herrmann, quien hasta allí había jugado sólo seis de los primeros 30 partidos.
El nacido en Venado Tuerto se fue haciendo un lugar en el equipo, alcanzando los diez minutos por juego y destacando con una efectividad por arriba del 50 por ciento desde la línea de tres puntos. Finalmente, cuando se acercaba el cierre de la temporada, algunas lesiones le abrieron la puerta a un mayor protagonismo. Y "Fabio" (como lo apodaron en esas tierras por su cabello, similar al del actor-modelo Fabio Lanzoni) no desaprovechó la oportunidad: cinco partidos con 15 puntos por noche lo catapultarían al quinteto inicial.
De allí en más, su cierre de temporada fue espectacular. Doce partidos, 37 minutos por juego, 19,6 puntos y 5,7 rebotes, para darle en ese sprint final un balance positivo a su equipo de siete triunfos y cinco derrotas (el total fue de 33 y 49). En el anteúltimo duelo de la 2006-2007, marcaría su record anotador con 30 puntos en la victoria sobre Milwaukee Bucks.
A pesar de esas grandes actuaciones, el cambio de entrenador en la siguiente temporada y la llegada del anotador Jason Richardon lo volverían a retrasar en la rotación. A mitad del torneo sería traspasado a Detroit, un equipo con aspiraciones de Playoffs donde no lograría asegurarse un lugar a pesar de promediar casi diez minutos de juego en 87 partidos. En el lado positivo, llegaría a disputar la postemporada por dos años consecutivos, aunque con un rol menor. Finalmente, el santafesino priorizaría lo deportivo y volvería a España para jugar en Caja Laboral por una temporada para luego retirarse de manera sorpresiva.
Aquel alejamiento del parquet duró más de un año, hasta que volvió para jugar en la liga local de Venado Tuerto. Luego, vendrían numerosos títulos y records con Atenas, Flamengo, San Lorenzo, Obras y nuevamente el Griego Cordobés, donde ahora lucha para salvarlo del descenso este inolvidable jugador que logró reponerse a todo, llegar a lo más alto y escribir su nombre de manera indeleble en la historia del básquet nacional.