Defensores de Belgrano comenzará la segunda rueda de la Primera B Metropolitana como único escolta del puntero Morón. Haber acabado en esa posición la primera mitad del torneo, además, le permite ser uno de los cinco clasificados de su división a la Copa Argentina 2017. La gran campaña se explica en un proyecto que viene sosteniéndose hace cuatro años, cuando el Dragón descendió a la C. El club tocó fondo y, a contrapelo de la urgencia y la ansiedad, se armó un plantel con idea de sostenerlo en el tiempo, combinando jugadores de experiencia en el Ascenso con valores de las inferiores, activo del club desde siempre. Y los resultados no tardaron: Defe resurgió volviendo rápidamente a la B y entreverándose en la lucha en campeonatos sucesivos.

Pero el argumento más importante de este Defensores respetable y competitivo es la solidaridad intramuros que convirtió al plantel en una especie de cooperativa de socorros mutuos. La experiencia se replica silenciosamente en varios clubes del mundo, como el Everton de Chile, donde Luciano Goux la vivió en primera persona. De vuelta en Argentina, el defensor contratado por el Dragón compartió la idea con otros experimentados como Juan Sosa, Nahuel Fioretto o el inoxidable arquero Albano Anconetani.

“Hay chicos que vienen a entrenar desde muy lejos, salen temprano y no tienen tiempo para desayunar. O están los que no tienen un mango pero les da vergüenza decirlo”, explica el Flaco, hoy capitán de Defensores. “Así que decidimos armar esta mutual en donde cada uno tiene un rol. Un día después de cobrar, juntamos la plata y compramos las cosas para que los pibes entrenen con algo en el estómago. Y también un hidromasaje para después de los partidos y un equipo con LCD, DVD y sonido para ver a nuestros rivales.”

Alguna vez, el arquero Sebastián Saja dijo que ser capitán no era solo ponerse la cinta sino también asumir una defensa gremial de sus compañeros. Goux, que admira al Che Guevara y lo tiene tatuado en un brazo, coincide: “Este rol implica más que gritar fuerte, sobre todo en el Ascenso. El liderazgo no se gana con cara de malo sino con ejemplos que no brinda tanto la sabiduría como la experiencia. La idea es que los más pibes no repitan los errores que cometió uno. Hoy el fútbol es tan competitivo que tiende a volverte egoísta. La lucha principal debe ser contra eso”.