En el final del primer tiempo, a los 44 minutos, cuando Aldosivi empezaba a sentir el alivio de irse al descanso sin goles en contra pese a los sustos recibidos, llegó el gol de Enzo Pérez. Fue una jugada sencilla y efectiva. Angileri trepó por el lateral, enganchó frente a la marca de Villalba con la izquierda, se acomodó para el centro con la derecha y se la puso medida a la cabeza de Enzo Pérez. El volante se levantó bien, giró la cabeza le dio cruzado con el parietal derecho, lejos del alcance de Pocrjnic. Fue el 1-0 que se acomodaba a lo que había ocurrido en la cancha hasta ahí.
Sobre la mitad del segundo tiempo, en otra jugada tan sencilla como la anterior, y cuando River deambulaba por la cancha como sobrando la situación, pensando tal vez que la victoria corría poco peligro llegó el empate. Saque de arco, peinada de Villalba en la mitad de la cancha, centro de Castillón que había entrado como relevo y toque certero de Chávez entrando por el otro lado, que no pudo cortar Armani. De ahí y hasta el final, Aldosivi se encargó de justificar el gol y mejorar la imagen que había dejado hasta ese momento.
El 1-1 en definitiva está bien. Es lo más lógico. River quedó claramente mejor parado para la revancha, que se jugará el viernes próximo en el Monumental (le alcanzará con el 0-0), aunque con el gustito amargo de saber que pudo haber liquidado la cuestión en el primer tiempo (y también en el arranque del complemente) pero no se le dio.
Lo mejor de River en el primer período fue su claridad para elaborar juego en la mitad de la cancha y llegar a posiciones de gol. Bien sostenido en el medio por Zucculini, Pérez, Palacio y Nacho Fernández, mostró muy activos a Borré y Pratto. Lo peor fue la falta de justeza a la hora de definir, sobre todo del colombiano que tuvo las mejores chances y no las supo aprovechar.
Aldosivi, desbordado, preocupado en acumular gente detrás de la línea de la pelota para aguantar el juego de River, en la primera mitad sólo dio algunas señales de alarma para la defensa rival, con la gambeta de potrero de Pisano. No fue gran cosa lo que aportó el ex delantero de Independiente, pero alcanzó para abrir alguna esperanza, ya que Chávez casi no tocaba la pelota.
Pero en la segunda mitad Pisano dejó la cancha y Chávez se convirtió en protagonista con su gol, con un cabezazo a la salida de un corner y con una corrida con caño incluido, que bien pudo haber terminado en gol si el árbitro hubiera cobrado la falta que le cometieron en la entrada al área.
Por ese envión del final el público marplatense mostró su conformidad con sus cantos y sus banderas agitadas. Piensan que la serie esta abierta aunque deben jugar en el Monumental. Pero la realidad es que si River repite lo que produjo en el primer tiempo, si Armani baja la cortina como lo hizo en el último tramo del partido de ayer, si Pinola sigue mostrando firmeza en el fondo, si Angeleri sube para resolver por el lateral, si Nacho Fernández y Enzo Pérez siguen oxigenando el medio (Zucculini en el limite de amarillas no podrá jugar), si Santos Borré ajusta un poco la mira, si por prepotencia de ataque River continúa generando situaciones de gol, Aldosivi tendrá muy pocas chances.