A siete meses de haber sido corrido del Ministerio de Cultura, Darío Lopérfido anunció también su renuncia al Teatro Colón, donde aún se desempeñaba como director artístico. Según el comunicado oficial, el ex Grupo Sushi deja el cargo “para encarar nuevos desafíos profesionales en el exterior, desde dónde continuará colaborando con la gestión”. El texto entregado a la prensa no detalla qué tipo de trabajo hará en el futuro, pero se supo que su nuevo destino será la ciudad de Berlín y que la oferta laboral le pareció “irresistible” y “fabulosa”. Tampoco pudo explicar su nuevo cargo el propio ex ministro, que al ser consultado por el periodista Reynaldo Sietecase por su nueva tarea, ayer titubeó y dijo que aun no quiere anunciarlo porque “se está armando”. Lo único que anticipó fue que su diseño implicará “una reforma en la cancillería” y que será un cargo cultural “vinculado a la embajada argentina en Alemania” y a “la representación internacional de la Unión Europea”. Según expresó, anunciará los detalles en 15 días.
La decisión de sacarlo del Colón fue tomada hace unas semanas por Horacio Rodríguez Larreta, quien designó como su reemplazo a Enrique Arturo Diemecke, actual Director Musical de la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y vinculado hace varios años al coliseo porteño. Si bien la noticia fue presentada como un simple “proceso de renovación”, lo cierto es que la ida del funcionario se da en medio de un fuerte conflicto interno con la directora general del teatro, María Victoria Alcaraz, y de los constantes repudios y pedidos de renuncia que la comunidad artística lleva a cabo desde que Lopérfido negó públicamente que hayan sido 30 mil los desaparecidos en la última dictadura cívico-militar, algo que ayer volvió a ratificar. En enero de 2016, cuando estaba estrenando su cargo de ministro, Lopérfido dijo que la cifra de 30 mil desaparecidos era “una mentira que se construyó en una mesa para obtener subsidios por parte de los familiares de las víctimas”. Las declaraciones negacionistas suscitaron el rechazo de todo el arco opositor, de personalidades y colectivos culturales y de los organismos de derechos humanos, que pidieron su renuncia.
“Me voy feliz de haber puesto al Colón muy alto. Le agradezco al presidente Mauricio Macri y al jefe de Gobierno Horacio Rodríguez Larreta la oportunidad que me dieron. Y al personal del teatro por la colaboración y la buena onda”, dijo Lopérfido en el comunicado, en el que también se anunció la salida de Maximiliano Guerra, hasta ayer Director del Ballet Estable del teatro, y su reemplazante: la célebre bailarina Paloma Herrera (ver aparte). “Es un enorme orgullo para mí asumir la responsabilidad de conducir los destinos de programación y la producción artística de un teatro como el Colón. Dejaré todo mi esfuerzo para mantener bien alto su prestigio”, dijo por su parte el flamante director, que ayer por la mañana ya participó de una reunión con Rodríguez Larreta, su vice Diego Santilli y Herrera y Alcaráz.
Lopérfido había sido designado como director general del Colón a fines de enero del 2015, cuando Mauricio Macri aun era Jefe de Gobierno de la Ciudad. Cuando Rodríguez Larreta lo nombró ministro de cultura, en diciembre de ese año, su cargo se desdobló: Alcaráz asumió la dirección general y Lopérfido pasó a ser director artístico, una tarea que desempeñó ad honorem hasta que fue echado del ministerio y volvió a percibir remuneración. Durante esta gestión compartida hubo varias denuncias y críticas, sobre todo vinculadas al alquiler de las salas del teatro para eventos privados y la incorporación de shows no relacionados con el arte lírico, coreográfico, musical -sinfónico y de cámara- y experimental, tal como estipula la Ley de Ente Autárquico. Lopérfido siempre se desligó de esas críticas, alegando que su tarea consistía en programar y no en gestionar la parte comercial.
Si bien celebraron la noticia de su partida del Colón y del país, al cierre de esta edición los colectivos culturales y organismos de derechos humanos mostraron preocupación por saber el nuevo cargo que tendrá el ex ministro, sobre todo luego de que anunciara que implicará “seguir vinculado y trabajando con Mauricio Macri”. Ayer por la mañana, unas horas después de la confirmación de la renuncia, desde la página de Facebook Lopérfido Renuncia Ya pidieron por una “Cultura libre de negacionismo” y se preguntaron por qué el gobierno lo sostiene en funciones. Además, en el posteo vincularon a su sucesor ministerial, el músico Ángel Mahler, con una “continuación de una política de vaciamiento cultural de larga data”, dejando ver que sus reclamos no terminarán.
Con esta nueva renuncia, Lopérfido se convierte no sólo en el primer ministro de cultura que debe renunciar al cargo por un repudio similar sino en el funcionario de Cambiemos más desplazado, con dos alejamientos en menos de dos años de gestión. Por otra parte, su partida reconfirma el delicado estado de salud de la vida cultural de la Ciudad. Pero, por sobre todas las cosas, muestra el límite que la sociedad pone a las provocaciones y el alto impacto que tiene la movilización popular.