Dos investigadores italianos hallaron un mechón de pelo atribuido al genio renacentista Leonardo Da Vinci en una colección privada en Estados Unidos, y creen que será útil para rastrear su ADN. El pelo del artista será presentado por primera vez en una rueda de prensa en la Biblioteca Leonardo en Vinci pasado mañana, día en que se conmemorarán los 500 años de su muerte, que ocurrió en 1519 en Francia, donde vivió sus últimos años protegido por el rey Francisco I.
“Hemos descubierto y recuperado un mechón de pelo de Leonardo que históricamente se llamó Les Cheveux de Leonardo da Vinci. Con otro resto suyo, esta extraordinaria reliquia permitirá seguir buscando su ADN”, anunciaron el director del Museo Ideal de Leonardo en Vinci, Alessandro Vezossi, y la historiadora Agnese Sabato, en un comunicado.
En la rueda de prensa se exhibirá una serie de documentos que demostrarían la “antigua procedencia francesa” del cabello y se inaugurará, además, la exposición “Leonardo Vive”, explicaron también los expertos.
Para Sabato, presidenta del Patrimonio Leonardo Da Vinci, quien en 2016 dio a conocer la existencia de los descendientes vivos en línea indirecta de Leonardo –su padre Piero y su hermano Domenico–, el descubrimiento es “el elemento que faltaba para dar concreción científica” a sus investigaciones sobre los familiares del artista-científico.
Leonardo murió sin haber tenido hijos reconocidos y está sepultado en el castillo de Amboise, en el centro de Francia. Había nacido el 15 de abril de 1452, de la unión ilegítima entre un escribano y una campesina toscana, fue criado por su abuelo paterno, Antonio.
“Gracias a los análisis genéticos de este resto, que serán cruzados con exámenes del ADN de los descendientes vivos y de las sepulturas que encontramos en los últimos años, ahora es posible buscar el ADN de Da Vinci”, destacó la especialista Sabato en referencia al autor de obras que forman parte de la iconografía universal, algunas de las cuales terminaron estampadas en remeras, posters y tazas de café o subidas a Instagram, Facebook, Twitter como La Gioconda, también conocida como Mona Lisa, o el Hombre de Vitrubio (un estudio sobre las proporciones humanas a lápiz y tinta, que presenta un hombre con extremidades superpuestas dentro de un círculo y un cuadrado, y texto manuscrito).
El pintor, autor de La última cena, fue también escultor, escritor, científico, filósofo, anatomista, ingeniero, y un prolífico inventor: realizó el primer esbozo de un helicóptero, diseño la máquina voladora (también conocida como el “ornitóptero”), concibió la idea del paracaídas, elaboró máquinas de guerra, ideó un mecanismo para hacer más precisos los relojes y un puente giratorio, diseñado para el Duque Sforza, transportable, entre otras decenas de inventos. Entre tantas grandes creaciones, el multifacético artista también se dio tiempo, según los historiadores, para inventar la servilleta mientras oficiaba de maestro de ceremonias de Ludovico El Moro, Duque de Milán.