El paro que realizaron el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN) junto a las CTA y los movimientos sociales tuvo su momento de máxima expresión en la Plaza de Mayo, donde se realizó un multitudinario acto de protesta contra las consecuencias negativas del modelo económico que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri. La actividad del FSMN no se detiene con este paro sino que continuará este miércoles con la instalación de 300 ollas populares para que, como afirmó Pablo Moyano, “todos vean la necesidad y el hambre que tiene el pueblo”. En 20 días, estos sectores volverán a reunirse con la intención de organizar nuevas actividades porque consideran que “la victoria está en la unidad”.
Ni las amenazas de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, ni las sanciones que pretende aplicar el ministro Dante Sica desalentaron a los gremios que convocaron la movilización. La totalidad de los discursos fueron de repudio al plan económico y al gobierno pero también tuvieron un tinte electoral en tanto llamaron a realizar un gran frente nacional y patriótico para derrotar a Cambiemos en octubre.
La Avenida de Mayo y las diagonales Norte y Sur se colmaron con columnas de los diferentes gremios que participaron del primer paro general que no contó con la participación del binomio que conduce la CGT. Aun así la huelga, como sostuvieron sus organizadores “fue contundente y masivo”. Desde el palco anunciaron que había 200 mil personas en la zona del escenario que se fue colmando de dirigentes de los gremios organizadores y hasta algunas sorpresas como la del metalúrgico Francisco “Barba” Gutierrez. También estuvo Marcos Castro del gremio de Capitanes de Ultramar, un gremio que puede ser considerado pequeño pero que forma parte de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que no participó del paro y que vive una fractura similar a que atraviesa la CGT.
“A pesar de los aprietes estamos acá cientos de miles que resistimos las políticas de Mauricio Macri”, dijo el bancario Sergio Palazzo, que tuvo la responsabilidad de abrir la lista de oradores del acto. El dirigente de la Asociación Bancaria consideró como necesaria la unidad del pueblo argentino para rechazar el modelo macrista en las próximas elecciones.
“Nos acusan de amenazar a la población y nos dicen mafiosos pero son ellos los que amenazan con sanciones, con represión y con miedo al decir que si ellos no ganan en octubre habrá caos. Pero el caos son ellos que generan desempleo, entregan la soberanía política y económica y favorecen la fuga de divisas con el acuerdo del FMI”, aseguró Palazzo, quien aseguró que el paro y la marcha componen el inicio de un plan de lucha que “debe mantenerse en el tiempo”. El bancario no se olvidó de la CGT. No atacó a sus dirigentes pero si les reclamó que recapaciten porque de lo contrario quedarán detrás de la historia que se está construyendo.
A su turno Mariano Sánchez, que habló en representación de los movimientos sociales, llamó a toda la dirigencia política a unirse para construir un frente político que derrote en las urnas a Macri. Lo siguió Ricardo Peidró de la CTA Autónoma quien remarcó que la desocupación, la precarización laboral y la fuga de capitales no son errores del gobierno sino “son efectos deseados de la política económica con la que buscan disciplinar a los trabajadores”.
Peidró advirtió la presencia de trabajadores afiliados a los gremios que no adhirieron al paro porque “saben que solo se recupera lo perdido con la lucha”.
Pablo Micheli llamó a no relajarse con la realización de esta multitudinaria movilización porque “para que vuelva un nuevo gobierno nacional y popular hay que ganar la calle con más paros y más marchas porque la victoria está en la unidad”.
Hugo Yasky, de la CTA de los Trabajadores, definió al paro y al acto como “un punto de inflexión en la tarea de la unidad del movimiento obrero que busca una central única”. El también diputado del FpV aseguró que el caos que describe el gobierno no es culpa de los trabajadores “sino de los que bajan los salario y se arrodillan ante el FMI”.
Al titular de los Canillitas, Omar Plaini, le cupo la responsabilidad de leer el documento consensuado por las organizaciones sindicales. En el texto se habla del triunfo del paro que se consiguió por el acuerdo de los gremios pero también con sectores productivos, cooperativas y pymes. Plaini dijo que el gobierno no escucha a los trabajadores que “le decimos no a la reforma laboral, exigimos paritarias libres y un incremento salarial de emergencia”. El documento dice además que rechazan el acuerdo con el Fondo y exigen retrotraer el valor de los servicios públicos a diciembre de 2017 al igual que el precio de los combustibles.
El cierre del acto estuvo a cargo de Pablo Moyano, quien remarcó que el éxito de la medida radica no solo en el acuerdo del FSMN, las CTA y los movimientos sociales sino también en la decisión de las 70 regionales de la CGT que participaron del plenario donde se decidió parar. En ese sentido, también agradeció a la agrupación interna de la UTA que lidera Miguel Bustinduy que provocó que más de cien líneas de colectivos no prestaran servicio y, de paso, demostró la debilidad de la conducción de Roberto Fernández al frente del gremio de colectiveros. Al igual que el resto de los oradores, Moyano hijo resaltó que la totalidad de los gremios aeronáuticos realizaron un paro total de actividades a pesar de los aprietes que recibieron del gobierno nacional.
Sobre las amenazas y las conciliaciones obligatorias que llevó adelanta el ministro de Producción, Dante Sica, el dirigente camionero no se anduvo con vueltas y afirmó que “esos papeles que se los metan en el culo”. Uno de esos gremios fue el APA, que conduce el aeronáutico Edgardo Llano. “Enviaron una nota mal redactada, a las apuradas, no le dimos importancia y acá estamos, parando y movilizados”, dijo a este diario.
Moyano también anticipó un nuevo congreso dentro de 20 días donde se definirán nuevas medidas de fuerza.