A través de un documento que lleva la firma de sacerdotes y religiosas católicos que trabajan en las villas de la Capital y el Gran Buenos Aires, la llamada "pastoral villera" se pronunció con ocasión de la conmemoración del 1º de mayo, señalando que "resulta doloroso ver que mientras unos se dedican a la especulación financiera, muchos pierden el trabajo".
El texto, de poco más de una carilla, se titula "Es urgente combatir el desempleo", y lo encabeza con su firma el obispo auxiliar de Buenos Aires, Gustavo Carrara, Vicario para la Pastoral en Villas de CABA.
Para los religiosos "el trabajo humano es una clave, quizá la clave esencial, de toda la cuestión social" y "por eso hay que combatir la plaga del desempleo".
Tras asegurar que "los curas y las religiosas que vivimos y trabajamos en las villas de la zona metropolitana sentimos la necesidad de hacernos eco de lo que vive la gente de nuestros barrios" advierten sobre el "pronunciamiento de la crisis" que "se traduce en un marcado aumento de desempleo y precarización laboral, una fuerte falta de ingresos y un desánimo social".
Dicen también que "la persona que no trabaja está herida en su dignidad, siente que está de sobra, que está descartada" y que "la crisis que pega en la clase media impacta considerablemente en los sectores más humildes", porque "han bajado mucho las changas", dado que "muchos pobres viven de trabajos que hacen en hogares de clase media: refacciones, pintura, albañilería, plomería, servicio doméstico".
Los curas y las monjas que trabajan en las villas alertan también sobre el impacto que la crisis provoca en la economía popular y en el cooperativismo, señalando además que como consecuencia de la situación "surgen problemas comunitarios en el seno de las familias, en la convivencia barrial y en el andar de los jóvenes".
En el diagnóstico se señala también la "desesperanza" y la "desesperación" que anida en la comunidad debido a que no se vislumbra un panorama alentador de futuro, aún cuando "las organizaciones sociales ayudan a contener a los que quedan afuera del sistema" permitiendo, de esta manera, "ganar en seguridad y en inclusión".
En otra parte del documento se rescata la "experiencia de sacrificios" de los sectores populares y se destaca que "estos barrios obreros tienen menos dosis de individualismo comparado con otros sectores sociales", lo que permite "una solidaridad natural que lleva a encarar juntos el esfuerzo por salir adelante". Por ello, se afirma, "al compartir los dolores, se los asume mejor" y "así se vive aquí (en los barrios) esta crisis".
Los religiosos dicen además que "sabemos también de la buena voluntad de varios funcionarios y personas influyentes" pero "estamos convencidos de que hay que dar pasos contundentes para mejorar la vida de los sectores más postergados de la sociedad", poniendo como prioridad resolver el tema del desempleo.
Si bien, continúa el texto, "los planes sociales son necesarios en momentos como este, no tenemos duda de que lo fundamental es recuperar un empleo digno para las familias más desfavorecidas", porque "la dignidad del trabajo resucita a personas y a familias caídas en nuestra sociedad".
Dirigiéndose directamente a los políticos, los curas villeros sostienen que "es conveniente que quienes gobiernan la Argentina actualmente o en el futuro expliquen cómo piensan generar empleo", recordando que "también sería muy bueno plantear propuestas para la economía popular, en la cual se mueven muchos de los vecinos y vecinas de nuestros barrios".
Los firmantes del documento convocaron a una misa con este mismo propósito que se celebrará mañana a las 17 horas en el Santuario de San Cayetano, en el barrio de Liniers de la ciudad de Buenos Aires.