Los que dicen que la Tierra es plana, los que se oponen a las vacunas, las terapias “alternativas” sin sustento científico. Investigadores de distintas ramas debatirán el sábado próximo el avance de las pseudociencias que tienen un impacto negativo inmediato, como el caso del movimiento antivacunas, y a largo plazo porque van contra el pensamiento crítico.

"Antes del encuentro de los terraplanistas en (la localidad bonaerense de) Colón ya veníamos viendo con preocupación el avance de las pseudociencias y la pregunta urgente que tenemos es: ¿qué hay en estas creencias que resultan tan atractivas?", señaló la astrofísica Susana Pedrosa, investigadora de Conicet y vicepresidenta de la Asociación Argentina de Astronomía.

Pedrosa, quien reside en Madrid donde es profesora universitaria, aseguró que "el avance de estas creencias no es inocuo; por un lado tiene un impacto inmediato como sucede con el movimiento antivacunas cuyas consecuencias estamos viendo hoy con, por ejemplo, el rebrote del sarampión en Nueva York". "Pero además también tienen impacto porque atacan el pensamiento crítico de una sociedad, que se acostumbra a pensar sin evidencia científica, volviendo al pensamiento mágico", agregó.

En relación al "Encuentro Nacional e Internacional de Terraplanistas" que se realizó en marzo en Colón y que reunió a 80 personas, la investigadora criticó el respaldo que le brindó el municipio. "Es un problema porque estamos viendo que hay financiamiento público a este tipo de pensamiento mágico", expresó.

En el mismo sentido, el biólogo e investigador del Conicet Diego Golombek indicó que "las explicaciones mágicas, a veces simplistas y otras milagrosas, existieron durante toda la historia, el tema es entender por qué encuentran eco, y la respuesta es muy compleja".

"Por un lado, la duda, que es lo que la ciencia propone, históricamente perdió terreno frente a las respuestas seguras, aunque sean falsas; por el otro las teorías conspirativas, aquellas que van en contra de algo, tienen una fuerza impulsora que evolutivamente fue siempre muy potente", planteó el investigador. Golombek señaló que en el campo de las pseudociencias pueden pensarse dos grupos: "Aquellas como la astrología, donde si una persona le quiere hacer caso al horóscopo es su vida; y las que tienen impacto público como el movimiento antivacunas porque si una persona no vacuna a sus hijos puede aumentar la carga viral de toda una sociedad". "Lo que debemos revisar desde la ciencia es cómo comunicar nuestras ideas porque por el lado de la razón estamos viendo que no funciona, entonces tenemos que inventar otra manera, tal vez más emotiva o más cómplice", añadió Golombek.

La incidencia del sarampión sigue creciendo en Estados Unidos, donde se contabilizaron al menos 704 casos en 2019, la mayor cifra en 25 años, según los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), que insistieron en la importancia de vacunarse contra la enfermedad declarada erradicada allí en el 2000. El 71 por ciento de los casos corresponde a personas que no estaban vacunadas, 11 por ciento a vacunados pero solo con una de las dosis recomendadas y 18 por ciento a quiénes no sabía si habían sido o no vacunados. En tanto, Europa registró el año pasado 82.596 casos de sarampión, una cifra que triplicó el número de infectados en 2017, según la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que indicó que en 2018 murieron 72 niños y adultos por esa enfermedad en el continente.

En este contexto, la Asociación Argentina de Astronomía organizó la jornada "Ciencia y no Ciencia: despejando mitos" el 4 de mayo a las 17 en el Centro Cultural de la Ciencia, en la que además de Golombek, disertarán el físico Alberto Rojo, el matemático Guillermo Martínez, la investigadora Ana María Vara y la periodista científica Valeria Román.