Tras haber ratificado su apoyo al alzamiento impulsado por el opositor Juan Guaidó, el gobierno estadounidense dejó en claro que el país está preparado para intervenir militarmente en Venezuela. "El presidente (Donald Trump) ha sido claro como el cristal e increíblemente consistente. Una acción militar es posible. De ser necesario, eso es lo que Estados Unidos hará", adelantó el secretario de Estado Mike Pompeo a un día de la fallida sublevación.
Mientras refuerza las amenazas contra el presidente Nicolás Maduro e instan a los funcionarios en Caracas a desertar y unirse a Guaidó, EE. UU. volvió a poner sobre la mesa la intervención militar. "Preferiríamos una transición pacífica del poder, con la salida de Maduro y la celebración de nuevas elecciones", alegó el jefe de la diplomacia estadounidense, quien luego aclaró que si llega el momento -un momento que, según dijo, tendrán que definir cuál es- y hay que tomar la decisión de intervenir militarmente, Trump "está listo para hacerlo”.
Pompeo había dicho ayer que Maduro iba a dejar el país hacia Cuba el martes, pero que los rusos le dijeron que debía quedarse. En esa línea, el consejero de Seguridad Nacional, John Bolton, había adelantado que se comunicaría con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, para discutir el tema. Bolton y Pompeo han acusado a Rusia y a Cuba por interponerse en el camino de un cambio de gobierno en Caracas.
"A los rusos no hay nada que les guste más que poner un dedo en el ojo", dijo Bolton, aludiendo a una supuesta intención de provocar. Según el consejero de Seguridad estadounidense, los rusos están "utilizando a los cubanos" como instrumento. "Les encantaría tener el control efectivo de un país en este hemisferio", señaló.
"No es ideológico; es solo una política de poder anticuada. Es por eso que tenemos la doctrina de Monroe, que estamos desempolvando en esta administración, por la que el presidente indicó anoche que los cubanos deberían pensar mucho sobre cuál es su papel", agregó Bolton.
La doctrina Monroe es una política estadounidense del siglo XIX que se opone a la interferencia de las potencias europeas en el hemisferio occidental, invocada más tarde para justificar la intervención estadounidense en América Latina.