La retención de tareas implementada por la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT), que dejó sin colectivos ni trenes al país y sin subtes a la ciudad de Buenos Aires, se cumplió con efectividad. El titular de la CATT, una organización satélite de la CGT, Juan Carlos Schmid, afirmó que “no fue un paro” sino que se cumplió con la decisión de “gozar del feriado como todos los trabajadores” fruto de la decisión del Gobierno nacional de no eliminar el impuesto a las ganancias. De todas formas agregó que también influyó “el cuadro generalizado de malestar en razón del aumento desbocado de la canasta alimentaria, los tarifazos denunciados y el crecimiento de la pobreza”. Sin embargo, lejos de incomodar al Gobierno, la medida fue aprovechada para apostar a la división del movimiento obrero. Por caso, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo que están estudiando la posibilidad de complacer el reclamo de la CATT que, dicho sea de paso, no se plegó al paro del martes pasado.
Schmid, en declaraciones radiales, aseguró que “en noviembre le advertimos al Gobierno que no íbamos a trabajar los feriados. Hoy dijimos ‘Bueno, vamos a gozar del feriado como todos los trabajadores’. No es un paro”.
En cuanto a la conveniencia y necesidad de convocar a un paro general, el sindicalista dijo que “hay condiciones para todo eso (un paro nacional), pero esa iniciativa la debe tomar la Confederación General del Trabajo. Uno de los motivos por los que yo me alejé es porque no hay debate adentro de la CGT”, dijo el titular del gremio de Dragado y Balizamiento. También reclamó la convocatoria a un Comité Central Confederal donde los representantes sindicales deberían “encerrarse en una especie de retiro espiritual hasta que salga humo blanco y decidir cuál es el curso de la acción de acá al proceso electoral”. Schmid advirtió además que no comparte “lo que dicen algunos compañeros de CGT que todo el esfuerzo y energía hay que ponerlo en el curso electoral, porque los problemas están ahora”.
En cuanto al paro realizado el martes por el Frente Sindical para el Modelo Nacional (FSMN), las CTA y los movimientos sociales, Schmid consideró que “fue una medida importante porque hay condiciones para una protesta de mayor alcance, con otro tipo de dirección política. En el interior no tuvo el alcance que tuvo acá”, indicó.
Sobre la situación que atraviesa la CGT, Schmid dijo que no está alineado en la línea de fractura y, agregó que “parece ser que alguien que tenga una postura intermedia es un boludo”.
Más allá de si hay o no una fractura en la CGT, lo cierto es que el Gobierno parece querer aprovechar esa división. Ayer, Patricia Bullrich expresó su empatía con este grupo sindical cuando justificó la medida de fuerza que sirvió “para demostrar las consecuencias que puede tener” el ingreso adicional que genera trabajar un feriado si es alcanzado por el Impuesto a las Ganancias. “Finalmente, al trabajador no le conviene trabajar, si eso toma Ganancias”, indicó. Ahí fue que reconoció que “el Gobierno estudia esta cuestión, pero no tengo detalles técnicos.” Por su parte, el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, también se mostró receptivo al reclamo de la CATT e indicó que estudiaba cómo resolver el impacto del impuesto para los gremios “que sí o sí tienen que trabajar los fines de semana y los feriados. Estamos viendo y trabajando para ver de qué forma podemos ir tratando de resolver esto”, dijo Dietrich.