Estados Unidos endureció ayer el embargo que pesa sobre Cuba al implementar en su totalidad la ley Helms-Burton. La medida, que no se aplica desde 1996 y desde entonces es repudiada por la Unión Europea, permite reclamar ante cortes estadounidenses propiedades en la isla que fueron expropiadas luego de la revolución cubana.
Pero la decisión de Estados Unidos de activar por primera vez en 23 años el título III de la Ley Helms-Burton no puede leerse si no es a la luz de la crisis política que hoy vive Venezuela. El mismo Trump dijo el miércoles en una entrevista con Fox Business que le proponía a Cuba una nueva apertura si dejaba de ayudar al país caribeño. “A Cuba le espera un embargo muy duro si sigue apoyando a Maduro”, afirmó Trump en referencia al apoyo dirigido a Maduro mientras que Estados Unidos apoya al opositor y autoproclamado presidente Juan Guaidó.
El mandatario cubano, por su parte, ratificó ayer que el bloqueo de Estados Unidos no hará que se aparten de sus principios. “No hay fuerza, amenaza o bloqueo que pueda apartarnos de nuestros principios solidarios, internacionalistas, latinoamericanistas, bolivarianos y martianos”, afirmó Miguel Díaz Canel. Desde su cuenta en Twitter, el presidente subrayó que América Latina y el Caribe es una zona de paz, proclamación que tuvo lugar en La Habana el 29 de enero de 2014 durante la celebración de la II Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños. El gobierno de Trump, en tanto, cree que en Venezuela hay cerca de 25 mil cubanos que presuntamente actúan dentro de la estructura de inteligencia y del sector del militar, algo que Cuba desmintió a la par que acusó a Washington de “mentir descaradamente”. “Mentiras y calumnias que constituyen ofensas contra el pueblo cubano, ofenden también y amenazan la soberanía de los pueblos. A esa perversa práctica acude el imperio para justificar su descalabro en Venezuela. No más mentiras y amenazas. Nuestros pueblos no se rinden”, tuitió Díaz Canel. Pero Cuba no fue el único país en repudiar la aplicación del título III de la ley Helms-Burton sino que también la Unión Europea lamentó “profundamente” la decisión de Estados Unidos.
“La entrada en vigor hoy de esa ley, que estaba suspendida desde su promulgación por el rechazo causado a nivel internacional, supone una violación de los compromisos asumidos en los acuerdos UE-EEUU de 1997 y 1998, que ambas partes han respetado sin interrupción desde entonces”, indicó la alta representante comunitaria para la Política Exterior, Federica Mogherini. La funcionara afirmó además que el nuevo movimiento de Washington originará fricciones innecesarias y debilita la confianza de la asociación transatlántica. Según afirmó Mogherini, la Unión Europea considera que la aplicación extraterritorial de medidas restrictivas unilaterales contraviene el derecho internacional, por lo que aseveró que recurrirá a todas las medidas adecuadas para abordar las consecuencias de la aplicación de la ley Helms-Burton. “Seguiremos trabajando con nuestros socios internacionales, quienes también han manifestado su preocupación a este respecto”, finalizó Mogherini.
La embajadora de Cuba ante la Unión Europea, Norma Goicochea, coincidió con Mogherini. “Nosotros no tememos una fuga de inversiones. Nosotros confiamos en que la UE tomará todas las medidas para proteger a sus inversionistas (...) y prevalezca la decisión de continuar los negocios con Cuba”, aseguró Goicochea.
La entrada en vigor del título III de esta ley da luz verde a las demandas contra empresas multinacionales que operan en terrenos o inmuebles expropiados en Cuba luego de la revolución. Es por eso que desde ahora los ciudadanos estadounidenses (gran parte de origen cubano) que vieron confiscadas sus propiedades en Cuba podrán demandar en los tribunales del país norteamericano a cualquier empresa extranjera que se beneficie de ellas. Esa disposición, activada por la administración de Trump, había sido sistemáticamente suspendida desde su adopción por todos los presidentes estadounidenses para no causar fricciones con sus aliados. “Nosotros esperamos que no existan afectaciones y que la decisión del empresariado de continuar las relaciones con Cuba se mantenga”, aseguró la embajadora ante la UE, que afirmó no tener cifras de las posibles empresas afectadas.
La inversión extranjera es una de las prioridades de la isla caribeña para desarrollar una economía afectada por el bloqueo de Estados Unidos. La UE fue en 2017 el primer inversor extranjero en sectores como el turismo y la construcción.
La Unión Europea, en tanto, prometió llevar el caso a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y recordó que cuenta con el llamado estatuto de bloqueo para esquivar la ejecución de sentencias estadounidenses y permitir a las empresas europeas resarcirse. Goicochea expresó su confianza en la eficacia de este estatuto de bloqueo, pero expresó además el interés de Cuba en cualquier instrumento que proteja las relaciones económicas, financieras y comerciales.
En 2017, la isla registró 600 millones de euros en inversión directa procedente de la UE, según la Comisión Europea. Ese mismo año, Cuba atrajo 2.000 millones de dólares, casi la mitad de lo necesario para estimular su economía.