El trabajo doméstico no es amor, sino trabajo (no remunerado). Y en Argentina las mujeres le dedican tres horas más por día de su vida a la crianza de sus hijxs y a limpiar la casa, ordenar, hacer las compras y cocinar. La desigualdad se mide en dinero (las mujeres cobran 26 por ciento menos que los varones) y en tiempo (tres horas menos por día para disfrutar o descansar). En el sitio Chequeado calcularon qué privilegios tienen los varones con esas tres horas de bonus track en base a la desigualdad de género y qué cosas pueden hacer (mientras sus esposas, madres de sus hijes, novias o parejas barren, buscan a lxs chicos en música o pelan papas): jugar dos partidos de fútbol, ver tres capítulos de Game of Thrones, leer dos veces La metamorfosis de Franz Kafka, hacer un curso de programación para principiantes en dos meses y medio, aprender inglés en nivel básico en un mes, correr media maratón, preparar tres bizcochuelos, caminar desde el Congreso hasta el partido de San Martín (en la provincia de Buenos Aires), escuchar Despacito de Luis Fonsi y Daddy Yankee 47 veces o ver 720 stories de Instagram.

“En Chequeado buscamos aportar datos y evidencia para mejorar el debate público. Con el semáforo de la igualdad que ideamos y sacamos a la calle quisimos contribuir a hacer visible el trabajo invisible y llamar la atención sobre una brecha que perjudica a todas las mujeres -de todas las edades y clases sociales- en su desarrollo y progreso. Ojalá hayamos logrado que alguien más sea consciente de esta desigualdad que tiene que terminarse”, resaltó Laura Zommer, directora ejecutiva y periodística de Chequeado. En 2017, el trabajo doméstico y de cuidado no remunerado habría representado el 24,1 por ciento del PBI. Por eso es fundamental su revalorización pública.