El dirigente justicialista Juan Carlos Dante Gullo murió hoy a los 71 años. Figura del peronismo de los 70, cuando encabezaba la Juventud Peronista, volvió a tener un papel destacado en la década pasada, etapa durante la cual fue diputado nacional y legislador porteño. Sus restos serán velados en el Congreso Nacional hoy de 8 a 13 en la Cámara de Diputados.
El Canca, como se lo conocía, había nacido en 1947 y abrazó la militancia durante la proscripción del peronismo. Se sumó a la CGT de los Argentinos y luego a la Juventud Peronista. Desde allí acompañó la campaña de Héctor J. Cámpora a la presidencia. Por su alto cargo en la estructura de la JP fue uno de los interlocutores habituales que tenía Juan Domingo Perón con la rama juvenil de su movimiento.
Tras la muerte del General cayó preso en el gobierno de Isabel Perón. Era 1975, y desde septiembre de 1974 Montoneros había pasado a la clandestinidad, lo cual exponía a sus militantes y a los de la JP. Gullo recién dejaría la cárcel en 1983. El presidio lo pasó en La Plata, Sierra Chica y Rawson, acompañado, entre otros, por Carlos Kunkel y Jorge Taiana. Durante su cautiverio, ya instalada la dictadura, sufrió el secuestro de su madre y su hermano menor. Ambos continúan desaparecidos.
Angela Aieta de Gullo fue secuestrada por un grupo de tareas de la Marina en agosto de 1976 y llevada a la ESMA. “Era una leona y era parte de las leonas que aparecieron después como precursoras de las madres y abuelas de Plaza de Mayo”, diría años más tarde Gullo sobre su madre. También recordó, en diálogo con este diario, en 2009, que “mi madre se reunía con otras madres para pelear por sus hijos presos. Golpeaba puertas. Conseguía dinero para que alguien nos trajera la comida y esas cosas, en algún nivel de maldad, la dictadura dijo que había que cortarlas”.
A raíz del secuestro de su madre, Gullo le escribió al ministro del Interior de la dictadura, el general Albano Harguindeguy. “Un hombre del Servicio Penitenciario me dio una mano. Mandó una carta a Harguindeguy por correo expreso y me trajo el comprobante. Pero Harguindeguy nunca me llamó”, recordaría en aquella entrevista a PáginaI12. Su hermano menor, Jorge, salió del país tras el golpe, denunció las violaciones a los derechos humanos y regresó en 1979 durante la contraofensiva montonera, y cayó en manos de la Marina. Como su madre, también continúa desaparecido.
Gullo retomó la actividad política en democracia. Se sumó a la renovación peronista en el ámbito porteño, al tiempo que estudió en la UBA: en 1997 egresó de la carrera de Sociología. En 2000 vio la luz el Partido Popular Nuevo Milenio, que presidió, y con el que acompañó al ARI en las elecciones de 2001. Volvería a los primeros planos con el kirchnerismo. En octubre de 2007, mientras Cristina Fernández de Kirchner era electa presidenta por primera vez, Gullo alcanzaba una banca de diputado nacional.
Estuvo en el Congreso hasta 2011. Ese año no optó por renovar su escaño y compitió en la Ciudad. Integró la lista de legisladores porteños de Daniel Filmus y estuvo en la Legislatura por cuatro años, hasta 2015. Allí, fue vicepresidente primero.
Las Abuelas despidieron a Gullo y lo definieron como “compañero de nuestros hijos y defensor de las causas justas”. En tanto, el Partido Justicialista lo describió como “un soldado de Perón y ejemplo de militancia” que el movimiento popular “lo llevarán siempre en su corazón”.