Era una fiesta. Incluso para los vecinos recién llegados, como las editoriales de historieta, la Feria del Libro de Buenos Aires solía ser una fiesta. Una oportunidad de realmente salir del circuito habitual y mostrarse a nuevos públicos, planificar un sinfín de sesiones de firmas y presentaciones, proponer nuevos títulos y estéticas. Pero ¡ay, 2019! Esta vez la guía comiquera que este diario propone cada año a sus lectores tiene más sombras que luces.

Los habitués dectarán rápidamente los pasillos más anchos, para disimular la menor cantidad de stands. Y también los pocos cartelitos de “novedad” que apenas salpican las bateas. En lo estrictamente comiquero, hay varias ausencias evidentes: ya no está Moebius (uno de los mejores stands del rubro de los últimos años). LARP, especializada en manga, cerró sus puertas (y hay que cerrar una editorial que publicaba el boom de Naruto). La distribuidora Plan T y el sello OvniPress, que solían tener dos stands, tienen sólo uno. Casi toda la oferta ahora se concentra en el pabellón Azul. En el Verde apenas está Libros del Zorzal (1324) con sus colecciones francobelgas, y en el Amarillo Ediciones de la Flor (1509) y Hotel de las Ideas en el Barrio Nuevo.

En el Azul están A4 Editora (121), Pictus (218), OvniPress (309), Plan T (320), Waldhutter, La Revistería (535), Editorial Común (314), Quiosquito de Libros (103), algunas comiquerías, stands de saldos, y el refugio de NHA - Nueva Historieta Argentina (434, colectivo que reúne a Hotel, Maten al mensajero, Comic.ar e Historieteca Editorial), que además cobija la producción de otras editoriales del circuito.

Sellos más pequeños también encuentran lugar entre los stands institucionales de las provincias o ciudades importantes (Santa Fe, La Plata, por ejemplo), que muestran las producciones locales. Y la Zona Futuro incluye muchas actividades vinculadas al noveno arte, aunque luego los libros deben buscarse desperdigados por el predio (esto, en favor de la organización de la Feria, cuyo director Oche Califa estuvo muy vinculado a la historieta a lo largo de su carrera). 

La merma de stands permanentes y especializados tiene un correlato directo con la presentación de novedades. Hay menos de veinte lanzamientos, la mayoría de Ediciones de la Flor y del colectivo NHA, con alguna patriada adicional. Del total destacan el flamante cuarto volumen de Dora (Ignacio Minaverry, por Hotel de las Ideas), el quinto de El infante Dante Elefante (Javier Rovella, por De la Flor), el quinto de Bife angosto (Gustavo Sala, también De la Flor), Diario de un hijo (Tute, en Sudamericana), el Evita (Miguel Rep, por Planeta), la nueva edición de Ficcionario (Quiosquito de Libros), y Las ciudades que somos (del colectivo autoral Chicks on Comics).

Además, casi no hay lanzamientos de títulos internacionales. Por fuera de los superhéroes, sólo el tándem Del Zorzal - Planeta se anima a la empresa con nuevos títulos de Lucky Luke (cuyo atual guionista estará de visita en la Rural) y otro clásico de la bande-dessinnée francófona, Iznogoud (René Goscinny y Jean Tabary). Y aún dentro del cómic mainstream norteamericano la cosa está de capa caída: ECC sobrevive a los tumbos y trae parte de su mermada producción desde España. El GPS de OvniPress ya hace varios meses tiró un “recalculando” y si antes multiplicaban los lanzamientos semanales, ahora cuidan de a cuántos títulos presentan cada mes. Con todo, los que hayan quedado cebados con Endgame y el universo audiovisual marveliano tienen allí una parada obligada. Lo mismo para quienes quieran avanzar en su edición del indispensable Akira, que llega con su demorado #4.

Sí hay una buena cantidad de material europeo importado (saldos y no tanto también) a precio razonable para el conocedor, aunque para el lector ocasional que quiera entretenerse un rato pueda resultar oneroso. Waldhuter tiene una selección deliciosa del catálogo de Astiberri. Es un buen lugar para dejar un sueldo y un riñón, si a uno le sobra cualquiera de las dos cosas. En A4 Editora, junto a reediciones varias del Eternauta, destacan unos tomos del maestro italiano Toppi por 590 pesos (también hay otros a dos veces y media ese valor).

¿Manga? Poco, comparado con los expansivos años de comienzos de década. Casi todo está en el stand de La Revistería, que exhibe algunas cosas de Ivrea y destacan la incorporación al catálogo de los mangas que publica Panini en España. Hay algunas rarezas, como las adaptaciones literarias a novela gráfica en alemán en el stand germano, algunas cosas en el barcelonés y las colecciones de kioscos, que no suelen estar en los eventos especializados ni en librerías, pero que sí aparecen en el Pabellón 9.