Mauricio Macri está más obsesionado con Venezuela que Juan Guaidó. Y encima quiere que la oposición se la pase hablando de Venezuela y no de los 640 mil chicos con hambre que, según el Observatorio Social de la UCA, nadie atiende. Pero el frente externo siempre te da sorpresas. Cuando creés que todo está bajo control el espionaje argentino se convierte en un tema de la región. Y se te viene en contra. Es justamente lo que acaba de pasar: el Parlasur creó una comisión investigadora sobre las acciones de espías argentinos en Uruguay y Venezuela.
Con dos parlamentarios por país, la representación local estará integrada por el ex diputado radical y ex ministro de Justicia Jorge Reinaldo Vanossi y por el ex funcionario de la Cancillería durante el kirchnerismo Oscar Laborde. Vanossi llegó al Parlasur por el frente que en 2015 llevó a Sergio Massa de candidato. Laborde es el presidente del bloque del Frente para la Victoria.
El artículo primero redactado por el Parlasur es contundente. “Créase la Comisión Investigadora de la Mesa Directiva con el objetivo de prestar asesoramiento sobre los ‘Supuestos graves hechos de espionaje ilegal en la República Argentina’, referidos a la documentación presentada mediante nota de los parlamentarios de la representación argentina de fecha 1 de abril de 2019”.
Los argentinos le acercaron al uruguayo Daniel Caggiani, presidente de la Mesa Directiva, un documento de la Comisión Provincial de la Memoria sobre actividades de Marcelo D’Alessio en Montevideo. El espía oficial, extraoficial, argentino, extranjero, tercerizado o todo al mismo tiempo actuó sobre blancos uruguayos y venezolanos. Su presencia nunca fue oficializada por la embajada Argentina en Uruguay.
La comisión tiene 45 días para la elevación del informe. Empezaron a contarse desde el 29 de abril. O sea que aproximadamente a mediados de junio un cuerpo de 186 miembros (43 argentinos, 75 brasileños, 32 venezolanos, 18 uruguayos y 18 paraguayos) empezará a tratar un caso típico de promiscuidad entre los servicios de inteligencia, las redes privadas de extorsión y magistrados importantes de la Justicia federal.
La novedad se produce justo cuando la Cámara Federal de Mar del Plata se apresta a fallar sobre si le deja la causa al juez Alejo Ramos Padilla en Dolores, si dibuja una argucia para trasladarla a Comodoro Py o si la parte en mil astillas con la esperanza de quitarle nitidez probatoria. El Parlasur activó motores al mismo tiempo en que este diario informaba que el ministro de la Corte Ricardo Lorenzetti está molesto porque fue espiado y cree que hay que dejar la causa en Dolores. Antes ya su colega Horacio Rosatti había dicho que el fiscal Carlos Stornelli debía presentarse ante Ramos Padilla. Otra forma evidente de reconocerle legitimidad.