Cantar “oh, vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver...” tiene otro valor en el predio de La Rural. “Tenemos que disimular y ser civilizados”, bromeó Axel Kicillof durante la presentación del libro Y ahora, ¿qué? Desengrietar las ideas para construir un país normal (Siglo XXI), acompañado por Pedro Saborido y Ángela Llerena. Más de 1300 personas ingresaron a la sala Jorge Luis Borges, pero unas 200 se quedaron afuera y empezaron a pedir que querían entrar. Mientras se intentaba resolver el problema, Lerena preguntó: “¿Ya compraron el libro? Ideas son las que necesitamos para que se haga realidad el cantito”. Saborido apeló a la ironía: “Son veinte inadaptados; acá está lleno de peronistas que no se sacaron los zapatos”.
El guionista de Peter Capusotto y sus videos fue al grano de una cuestión central. “Muchos dicen qué importante el día en que los argentinos nos pongamos de acuerdo, como si fuera tan fácil. Esa especie de cannabis argumental rodea la discusión y la deshace y queda la idea de ponerse de acuerdo como algo que se va a poder lograr; pero lo que hace es postergar la verdadera discusión política. El tema es si podemos tener la capacidad de volver a la política y a partir de ahí restablecer ese imposible que es ponernos de acuerdo”. Para Kicillof ese acuerdo no es posible. “Néstor (Kirchner) decía que no iba a dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada. (Mauricio) Macri y (Marcos) Peña dejaron el diálogo y el consenso en la puerta de la Casa Rosada”, comparó el ex ministro de Economía. “El problema es que se ha construido una imagen de que tenemos que estar todos de acuerdo, o sea que hay una sola verdad y un solo interés. Y eso es falso; la democracia se trata del gobierno del pueblo y alcanza con que haya una mayoría y no unanimidad. La idea de que hay un solo camino, como dice Macri, en realidad revela que no cree en la discusión democrática ni el disenso; lo que busca es imponer un único camino desde el Estado”, advirtió el diputado nacional del Frente para la Victoria.
“El neoliberalismo es la negación de la discusión política”, subrayó Kicillof, que podría postularse como candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires o como integrante de la fórmula de Cristina Fernández en las próximas elecciones. “La grieta es transformar la carga positiva de una sociedad movilizada en algo negativo. El problema es que nos odiemos entre peronistas y antiperonistas. La gran pegada de los trolls y Durán Barba es cargar esa discusión de odio. La grieta entró hasta el último átomo de nuestra sociedad”. El diputado destacó que una parte importante de los argentinos que votó a Macri está en una situación muy distinta al 2015. “No tenemos que tomar esta situación con revanchismo, no tenemos que ser bobos. Hay gente dispuesta a escuchar más que antes. Hay que aprovechar eso porque no queremos venir de sopetón a decir ‘vos te equivocaste; la campaña del miedo era verdad’. Tampoco pensemos que la víctima es el culpable; el engañado no es la víctima. El culpable es el mentiroso, el estafador”, afirmó el ex ministro de Economía.
“Los mercados no pueden creer el grado de torpeza e ineptitud de Macri. La tasa de interés está en 74 por ciento, es más alta que la de Venezuela, y la inflación es la más alta el mundo. Eso lo hizo Macri”, agregó Kicillof y reconoció que no quiere que este gobierno se vaya por un golpe económico. “Tienen una corrida por manejar todo mal y nos quieren echar la culpa a nosotros. No me pregunten qué vamos a hacer, fíjense qué hacen para que el próximo gobierno no esté al borde del precipicio”. Después de repasar las distintas excusas del macrismo, desde “la pesada herencia” al “crecimiento invisible”, el diputado del Frente para la Victoria aseguró que “la responsabilidad para que no haya un desastre” el próximo 10 de diciembre es del gobierno y del Fondo Monetario Internacional. Saborido comentó que la sensación ante las próximas elecciones es que “tenemos un penal para patear, no ganamos, no es gol, pero está ahí”. Kicillof –que firmó libros hasta las nueve de la noche– propuso cómo se debería patear ese penal en la cancha política. “Esta elección no está ganada hasta el momento en que anuncien el resultado del escrutinio. Pateemos todos juntos el penal; lo que hay que hacer en estas elecciones es participar para salvarnos de este desastre”.