La reunión duró menos de diez minutos, suficientes para que Patricia Rosemberg, una de las directoras de la Maternidad de Moreno Estela de Carlotto, descubriera este lunes que la violencia institucional puede llegar teñida de buenos modales, aún cuando la persona que tuvo frente a sí les pidiera la renuncia a ella y a su directora asociada, Cecilia Zerbo, “por cuestiones políticas”. Tras elogiar la gestión y decirle que eran las mejores directoras de todo el territorio bonaerense, el titular de Hospitales de la Provincia de Buenos Aires, Leonardo Gusso, se definió como un simple emisario, si bien no llegó a aclarar la obviedad de que entregaba el mensaje de parte de la ministra de Salud, Zulma Ríos, la misma que el año pasado fue desautorizada por la gobernadora María Eugenia Vidal cuando le tachó la aplicación del protocolo nacional de abortos no punibles en la provincia. La invitación de piedra para que las directoras de la maternidad Carlotto abandonen la institución es un esperpento político de enorme gravedad porque va contra un modelo inclusivo y contracultural, que desde su creación en 2013 y hasta la fecha posibilitó a adolescentes, mujeres y varones decidir sobre sus cuerpos en el marco del derecho a la salud sexual y reproductiva. El ataque podría pulverizar un espacio donde la violencia obstétrica es cuestión del pasado, donde la prevención y detección de cáncer cérvico uterino y mamario están en las primeras líneas de cuidado y la interrupción legal del embarazo (ILE) se realiza hasta las 16 semanas de gestación y en días establecidos, junto con consejerías de reducción de riesgos y daños.
El panorama es sombrío pero no desolador: el abrazo de este jueves a la Maternidad y las adhesiones y acompañamientos desde diferentes sectores sociales, políticos y gremiales en defensa de una institución que garantiza derechos fundamentales irá creando redes de fortalecimiento pero al mismo tiempo expone la urgencia del gobierno provincial por cumplir con una lista sábana de nombramientos pendientes y desnuda el avance feroz de grupos conservadores, cuadros y funcionarios provenientes de ong’s católicas, de la UCA o el Opus Dei.
La directora asociada Cecilia Zerbo, a quien se le pidió su renuncia junto con la de Rosemberg, considera que el argumento de la motivación política para apartarlas del cargo es arbitrario y deplorable. “Que ésa sea la razón es más complejo porque nuestro rol es poder garantizar la política pública en salud, el acceso a partos respetados y a métodos anticonceptivos. Con el funcionamiento del corredor sanitario de Moreno se ahorraron más de 1.300 días de internación neonatal de alto riesgo. Si la razón es la política partidaria, es absolutamente discriminatoria.”
En un comunicado firmado por ambas directoras, manifiestan que “entendemos que las cuestiones políticas a las que se refieren tienen que ver con la política dirigida a los derechos de niñxs, mujeres y hombres de parir, de nacer, de construir maternidades y paternidades de forma digna y respetada. Las cuestiones desarrolladas con las políticas sanitarias son las que nos permitieron acompañar más de 3.000 nacimientos, donde el 87 por ciento ocurrieron de forma natural, sin medicalizaciones ni cesáreas. Donde el 96 por ciento de las mujeres estuvieron acompañadas por quienes ellas eligieron: sus compañeros, mujeres, amigas, madres, incluso sus hijos. Esto es realizado con un colectivo de trabajadores y decidores, y con un proyecto ideológico donde el protagonista son las mujeres y sus familias”.
La Maternidad Estela de Carlotto fue pensada para la atención de mujeres embarazadas, recién nacidos y prematuros. Trabaja en articulación con las 41 unidades sanitarias de Moreno, el Hospital Mariano y Luciano de la Vega, de mediana complejidad, y el Hospital Posadas, de alta complejidad, lo que reduce al máximo los riesgos que puedan presentarse en el momento del nacimiento. La atención incluye consultorios de obstetricia para el primer control de salud y a partir de las 36 semanas de gestación, talleres de preparación Integral para la Maternidad (PIM), consultorios y consejerías en salud sexual y procreación responsable, vacunatorio abierto a la comunidad, acciones destinadas al cuidado de la salud de la mujer como la detección del cáncer cérvico uterino y mamario, consultorios y grupo de lactancia, grupos de crianza, residencia para madres de bebés internados y equipos interdisciplinarios de psicología, trabajo social y nutrición.
La historia de la MEC, como se la conoce, podría resumirse en las direcciones trazadas por la Ley 25.673 de Salud Sexual y Procreación Responsable, la Ley 25.929 de Parto Respetado, la 26.529 de Salud Pública y la 26.485 de Protección Integral de las Mujeres. Se trata de una Maternidad Segura Centrada en la Familia, en línea con los derechos del parto respetado, lo que significa que la mujer puede elegir con quién y cómo parir, ya sea sentada, acostada, en cuclillas, en la ducha o en la cama, evitando realizar intervenciones obstétricas innecesarias.
“Tenemos la convicción y la fortaleza para continuar trabajando en esta política”, advierte Zerbo. “Podemos generar posibilidad de cambio. Lo más importante es que el sistema de salud pública necesita ser transformado y los malos indicadores de calidad que se siguen registrando tendrían que hacernos repreguntar sobre el modelo que pretendemos seguir construyendo.”
Moreno, en el tercer cordón del conurbano, tiene 500.000 habitantes y 10.000 nacidos vivos. Entre 2003 y 2009 la mortalidad materno-infantil era un indicador elevado en comparación con el resto de la Argentina y la provincia de Buenos Aires. La MEC se construyó en Trujui por el número de partos que ocurren en la zona y por los indicadores socioeconómicos, que alertan sobre embarazo adolescente. Hoy sigue siendo la zona con mayor número de embarazos, por eso la Maternidad fue una definición de política pública fuerte y adecuada frente a esos indicadores sociosanitarios.
En una entrevista para este suplemento, Patricia Rosemberg explicaba que un gran número de las ILE realizadas eran consecuencia de casos de abuso sexual. “Tenemos más casos que otros hospitales de la zona, por el hacer y la escucha que desarrollamos.” A partir de los 14 años, las chicas pueden acercarse a la Maternidad sin la obligación de estar acompañadas y solicitar la interrupción legal del embarazo producto de violación o abuso, de acuerdo con el marco legal existente. Basta con una declaración jurada, sin proceso judicial de por medio. Existe la fantasía de que las mujeres mienten para poder abortar, decía Rosemberg, “pero en nuestros años de práctica médica, puedo asegurar que ninguna mujer recurre a un aborto porque le guste hacerlo”.
Con la noticia de los pedidos de renuncia, desde las redes sociales se inició una cadena de solidaridades de mujeres que parieron en la maternidad o que acompañaron a otras a hacerlo, de profesionales y especialistas. La doula, eutonista y musicoterapeuta Melina Bronfman, una de las mayores expertas en desarrollo infantil y en información y preparación para mater y paternidad, lamentó el hecho en su muro de Facebook y advirtió que la MEC es una institución pública que maneja en sus protocolos de atención de la salud reproductiva los estándares más altos que se conocen en el país, con un índice de partos vaginales del 87 por ciento -en las instituciones privadas hasta se supera ese índice, pero de cesáreas, agregaba Bronfman-. “Si un político quisiera realmente ser valorado por su gestión, debe favorecer a las personas con su decisión. Recuerdo en Chile, cuando asumió Piñera (de corte derechista) luego de Bachelet, decidió conservar un proyecto de atención de la infancia llamado `Chile crece contigo`, por los excelentes resultados que estaban teniendo. En ese momento demostró una gran humildad al reconocer la buena tarea de su predecesora, y a su vez inteligencia, al mantener vivo el proyecto que su gestión había heredado. La MEC, como fue concebida y desarrollada es una JOYA sanitaria en toda la República, y sin tener datos, en toda Latinoamérica me atrevo a decir.”
En el posteo sostiene que el presupuesto que se “derrocha” en salud comienza por una salud perinatal descuidada, porque origina descomunales cantidades de patologías adquiridas que sólo se evitarían con sencillos detalles durante el parto y el nacimiento. “Durante el parto, intimidad, acompañamiento, silencio, discreción, comodidad corporal para la parturienta. En el post nacimiento inmediato, contacto piel con piel ni bien nacer, lactancia inmediata, no separación de bebé y mamá durante las primeras tres horas, y mínimas intervenciones a ambos durante los primeros días. Criterios inexistentes en el sistema privado de salud, al menos que se pague extra (más aún de lo que ya de por sí se paga) para beneficiarse con esas experiencias.”
A su entender, en la MEC no sólo esas experiencias están garantizadas, “sino que las defienden y divulgan, con la esperanza de elevar los estándares de salud de la población general, y sobre todo de aquellos que no tienen los recursos para pagar lo que paradójicamente ya tienen, pero que se les es negado sistemáticamente. El tamaño del ego de los integrantes de esta gestión es tan grande que les impide ver el suicidio político en el que se sumergen”.
La lucha que fue dándose esta semana con ejercicios de participación colectiva entre trabajadoras, trabajadores y mujeres de la comunidad se vislumbró durante todo 2016 cuando la maternidad, que sigue en proceso de apertura, debió sostener con sacrificio una cultura organizacional que garantizara la calidad de las prestaciones. Pensada para una planta de 400 personas entre trabajadorxs y profesionales, en la actualidad funciona con 257 personas y el año pasado sólo se logró el nombramiento de una médica, lo que refuerza la intencionalidad de clausurar el proceso de crecimiento de uno de los centros con mayor penetración en el sistema de salud y asistencial de la región.
Para Zerbo, se está obturando un modelo que debe defenderse con uñas y dientes porque en estos virajes a las mujeres se les va la vida. “Que la defensa sea a un modelo de nacimiento, de acceso a la salud sexual integral para mujeres y hombres. Llevamos años de historia contra la mercantilización de los cuerpos, contra el capitalismo de la salud y un sistema de salud fraccionario que lo beneficia. La MEC es un modelo contracultural y sabemos lo que eso significa.”