Sin estar, sin aparecer y sólo tomando decisiones desde lejos, la senadora Cristina Fernández de Kirchner tuvo su influencia en las PASO santafesinas. Esto no resta mérito a la unidad del peronismo en esta provincia -muy superior a lo que hasta ahora ha mostrado esa misma fuerza a nivel nacional- pero sí da indicios para la compulsa de junio. El kirchnerismo santafesino fue mucho más orgánico de lo que se pensaba y en parte, por eso Omar Perotti pudo imponerse con comodidad sobre María Eugenia Bielsa, quien decía: "No importan los acuerdos de cúpula, por coherencia los kirchneristas votarán por nuestro espacio". No fue del todo así y sólo una parte de ese sector político optó por la ex vicegobernadora en esa interna.

Otro indicio de lo que pasó fue la performance de los candidatos de Unidad Ciudadana: Leandro Busatto se impuso entre los postulantes peronistas a diputados, siendo prácticamente desconocido en Rosario. Lo mismo para la concejala de La Cámpora, Marina Magnani, que se acercó a Eduardo Toniolli, quien la dobla en niveles de conocimiento. Hay una explicación: ambos candidatos del kirchnerismo fueron de los pocos que aparecieron con afiches al lado de la ex presidenta.

Es claro que fue acertada la decisión de Cristina de bajar las candidaturas de Marcos Cleri y de María de los Angeles Sacnún, y dejar todo el espacio abierto a Perotti, que tiene un rango mucho más amplio de captación de votos. Lo cual también transforma en acertada y exitosa la decisión que el rafaelino tomó en su momento. Con el kirchnerismo muy cerca había riesgos, pero sin el kirchnerismo no había posibilidad alguna de triunfo. Es el esquema que muchos empiezan a ver a nivel nacional.

Andres Macera
Leandro Busatto y Marina Magnani, por encima de lo esperado.

Si bien la estrategia de Perotti fue y es provincializar la elección -"Los santafesinos no votan delegados", repite como un mantra- habrá influencia nacional, sobre todo alrededor del llamado "voto útil" o "estratégico". Alguien ya deslizó la pregunta en medio de la campaña: ¿Qué es más útil para desplazar a Mauricio Macri y Cambiemos del poder; que gane Perotti en Santa Fe o que gane Bonfatti? La respuesta es clara en un territorio donde el peronismo en conjunto alcanzó el 40% de los votos.

Todos estos factores complican a Bonfatti y al Frente Progresista. Pero el PS lo sabía, por eso empezó a buscar con desesperación una expresión nacional que le permita transitar la tercera vía. Por eso lo fue a buscar Roberto Lavagna y lo sedujo. Es el peronista menos peronista y encaja justo en medio de esta situación de crisis que ya es insorportable para la población. El dilema sigue siendo el mismo: ¿Qué es más fuerte? ¿El deseo de que se vaya Macri no importa cómo, o el deseo de que se vaya Macri pero sin un retorno del peronismo asociado a algún componente kirchnerista?

Más allá del mal paso de Bonfatti repitiendo que votaría en blanco en una disputa entre Macri y Cristina, el candidato socialista ya tenía complicada la transferencia de los votos de Bielsa que, supuestamente, no digieren a Perotti. La demostración palpable de que el voto K fue mucho más orgánico y disciplinado de lo que se preveía produjo un cambio de escenario que habrá que apuntar en Santa Fe. La recuperación del socialismo producto del desastre de las políticas públicas nacionales enfrenta ahora a un peronismo robustecido a niveles que no se esperaban. 

El "aluvión" peronista que empezó a verse también en las elecciones de otras provincias entusiasma a Roberto Sukerman, el hombre que ganó individualmente la categoría de intendente en Rosario y que competirá frente a frente con Pablo Javkin. Sukerman es un kirchnerista de rango amplio y por eso cosechó votos en sectores a los que el PJ nunca había llegado en Rosario. Pero cuando ve el mapa del voto en los barrios de la ciudad, empieza a preocuparse: Cambiemos ganó en 2017 en todas las seccionales con excepción de Empalme Graneros donde se impuso el peronismo. El pasado domingo 28 de abril, el peronismo volvió a ganar en esa seccional, pero fue el Frente Progresista el que recuperó el resto propiciando la catástrofe de Cambiemos en Rosario. No sólo es la sumatoria de Javkin con Verónica Irizar, sino la duda de hacia dónde podría "engordar" electoralmente el candidato único del peronismo en la ciudad.

Y es ahí donde todos vuelven a mirar la elección que hizo Juan Monteverde como candidato a intendente de Ciudad Futura y recuerdan con nostalgia qué cerca estuvo de animar una PASO con el propio Sukerman. Pero ya no hay vuelta atrás al parecer y el propio Monteverde anunció la noche de la elección que luchará por hacer crecer los 50 mil votos que recibió en la ciudad. La fuerza política al principio vio con decepción los números pero enseguida comprendió que no fue fácil para casi nadie y que los votos consolidan al partido como una fuerza local. Lejos quedó aquella elección que le permitió colocar tres concejales de una sola vez. Ahora perderá varios escaños y empezará un período de recuperación. Las fuerzas de izquierda también sufren los escenarios polarizados donde los grandes partidos también pulen su costado progresista para ir a una compulsa electoral.