“Cada uno con su talento/ Yo no me comparo, sabe’ que lo tengo/ Yo no pierdo el tiempo, no te va’ a negar/ Yo tengo lo mío, yo me lo gané”, canta Galanjah en Su talento, uno de sus nuevos temas que, por supuesto, arengan a bailar, menearse, perrear y mover el que te jedi. Fanática del dancehall jamaiquino de los ‘80 y ‘90, Galanjah es el alter ego de Gala Iglesias Brickles, una de las artistas locales nuevas más potentes y originales.

En el videoclip de 1990, uno de los puntos fuerte de I, su debut como solista, participan algunas alumnas del grupo de danza Flow Altas Guachas. Las eligió a ellas y a Shuu Bass porque empezó a relacionarse con el Vogue, un estilo de baile inspirado tanto en el estilo de los jeroglíficos del Antiguo Egipto como en las poses de las modelos de la revista Vogue. “Además me gustó hacer algo más al límite. Una parte importante de este género es bailar. Los bailarines y los MC se comunican y a veces incluso inventan un paso de baile nuevo. No es una música que te vas a sentar a escuchar en un sillón, sino que funciona para bailar. Si no, te quema la cabeza”, admite con una sonrisa irresistible.

“Siempre fui muy melómana”, dice Gala, quien de chica escuchaba los discos de su papá, el artista Eduardo Iglesias Brickles, uno de los mejores grabadores del arte argentino. Eran álbumes de Pappo, Manal, Jimi Hendrix, o de jazz. “¡Tenían mucha onda! Hice un recorrido bastante enciclopédico por la historia del rock antes de meterme en la música jamaiquina. Después, cuando terminé el secundario, empecé a conocer la vida nocturna pero me encontré con esa explosión indie: mucha pose y una música cero bailable.”

A los 20 años, Gala armó Madda Kali, su primera banda de reggae. Así conoció a los Nairobi, donde poco después entró a tocar los teclados: “Compartimos una fecha y me sorprendió porque habían armado un show con Mad Professor que parecía una disco pero con una banda tocando”. Poco después llegó también a Lee Perry, que quedó prendado de su estilo: “Sí, el viejo me tiró onda, ¡pero medio que le tiraba onda a todas! Es medio endemoniado”, dice sobre Scratch.

Con Ivy Lee y sus secuaces, Gala grabó tres discos, giró por Latinoamérica y profundizó su amor por la música de la isla: “La música jamaiquina tiene algo de engranaje: cada uno tiene que tocar su parte, no te podés salir de eso, pero siempre funciona. A mí me copa mucho todo el reggae digital de los ‘80 y ‘90, gente como Prince Jammy o Steel & Breeve, creadores del estilo dem bow. El hip hop es un hijo del reggae, de cuando se digitalizó y empezó a usar máquina de ritmos para bailar. Y gente como El General, en Panamá, y Ñengo Flow, en Puerto Rico, que son de los ‘90 como Shabba Ranks, agarraron los riddims de Jamaica y empezaron a cantarlos en español. Toda la música actual, como el reggaetón y el dem bow, viene de ahí”, analiza.

Cuando se le pregunta sobre los haters del trap, el reggaetón, el dancehall y todas esas músicas bailables, Gala se encoje de hombros: “Creo que ése es el problema de muchos en Buenos Aires: la gente necesita bailar. A mí me gustaría ayudarla a eso”.

* Galanjah presenta I el sábado 11/5 a las 19 en el festival Picnic Bajo las Estrellas (Plaza del Planetario, desde las 15) y el domingo 9/6 a las 16 en el Festival Emergente (La Plata).