Matías Barroetaveña es licenciado en Ciencia Política. Fue secretario de Empleo del Ministerio de Trabajo de la Nación y presidente de la Auditoría General de la Ciudad de Buenos Aires. Actualmente es el director del Centro de Estudios Metropolitanos. En diálogo con PáginaI12, analizó la deuda en la Ciudad de Buenos Aires y su impacto sobre la vida de los porteños.
–¿Cómo es la situación de la deuda pública en la Ciudad?
–En los últimos años el problema de la deuda volvió a ser uno de los temas principales a nivel nacional y en el ámbito de la Ciudad de Buenos Aires es algo que también viene creciendo. Si bien no tiene la dimensión que adquirió en lo nacional, si analizamos el periodo que va desde 2007 –cuando el PRO comienza a gobernar la ciudad– hasta hoy, la deuda se sextuplicó: en 2007, la deuda en dólares era de 500 millones y ahora está cerca de los 3000 millones de dólares. Esto complica la vida de los porteños porque el pago de intereses de esta deuda se va a acrecentando año a año y en 2019 va a representar el 8 por ciento del presupuesto cuando el comienzo de la gestión era el 0,8 por ciento. Esto quiere decir que el pago de la deuda le quita recursos a otras áreas como cultura, educación o salud, que son prioritarias para los vecinos de la ciudad.
–En general se habla mucho de la deuda a nivel nacional, pero la deuda de la Ciudad no suele estar en la agenda pública. ¿Cómo impacta esto en la vida cotidiana de los vecinos?
–Para entenderlo hay que pensarlo igual que lo que le pasa a un vecino cuando toma una deuda, la tiene que ir refinanciando a tasas muy altas y cada vez tiene que restringir más el dinero para otros gastos. Cuando uno tiene una deuda y esa deuda se va acrecentando por intereses, se convierte en una bola de nieve que es muy difícil de parar. En el caso de la Ciudad, esto se ve claramente cuando uno analiza las variaciones en el presupuesto: mientras que el peso de los intereses de la deuda sube al 74 por ciento, se recortan casi todas las otras partidas presupuestarias. Además, ante una situación de crisis como la que vivimos hoy con una fuerte caída de la actividad económica, baja la recaudación de ingresos brutos, que explica gran parte de los ingresos de la ciudad.
–¿Y qué rol juega, en este contexto, el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional?
–Lo que se ve es que la Nación le ha pasado responsabilidades a las provincias y la Ciudad de Buenos Aires. Claramente se está intentando bajar el gasto público a nivel nacional en una estrategia errada, como estamos viendo, porque es un perro que se muerde la cola. Y eso es así porque al bajar la actividad económica y bajar el gasto, baja la recaudación y se hace imposible cumplir con las metas que el propio gobierno se fija. Pero para las provincias y para la Ciudad de Buenos Aires el acuerdo ha implicado una baja en las transferencias que recibe de Nación. Por un lado, por el Fondo Nacional Solidario que implica una caída en los ingresos de la Ciudad de 870 millones para este año pero también por lo que fue el pacto fiscal, que implicó una caída de los recursos tributarios en torno a los 7.000 millones. Además, el aumento de tarifas y la búsqueda de bajar los subsidios del gobierno nacional hace que se transfieran gastos y servicios públicos –como el caso del transporte, AySA y la tarifa eléctrica– y ahí estamos hablando de 5 unos mil millones de pesos más.
–¿Por qué cree que no se habla tanto de la deuda en la Ciudad?
–La Ciudad de Buenos Aires es una ciudad rica que tiene un presupuesto exorbitante en términos comparativos con otros lugares y por eso puede sostener todavía algunos de los gastos que visiblemente en otros distritos no se pueden sostener. Pero hoy estamos en un cambio de época, que es el fin de la agenda estética donde se imputan recursos para gastos superfluos, cuando empezamos a ver que hay ratas en las escuelas, que siguen faltando vacantes escolares, que no hay insumos en las salitas ni en los hospitales y comienza a haber una demanda social de sostener estas cuestiones básicas, sobre todo frente a una clase media que empieza a no poder sostener los gastos básicos. El tema de la deuda es un tema central de la política porque habla de la autonomía del Estado para tomar decisiones.