El ex presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso defendió hoy a Lula Da Silva ante el Juez Sergio Moro en la quinta jornada de la investigación por el caso Petrobras, dentro de la causa del Lava Jato. Cardoso, que gobernó entre 1995 y 2002, negó que existiera una red de corrupción liderada por Lula, como había sostenido el juez y otros miembros de la oposición que pugnan por evitar la candidatura del líder del Partido de los Trabajadores en las próximas elecciones.
“Un presidente de la República no sabe todo lo que pasa día a día”, señaló Cardoso al declarar como testigo de Paulo Okamoto, titular del Instituto Lula que está procesado por haber recibido supuestos beneficios en la concesión de la empresa constructora OAS.
La compañía es también la encargada de guardar en depósitos toneladas de archivo presidencial y regalos que recibió Lula como mandatario. Según los fiscales, este acuerdo y un supuesto departamento en Guaruja que fue donado a Lula, propiedad de OAS, corroborarían que el líder del PT obtuvo “favores” de la empresa. Sin embargo, Cardoso volvió a respaldar a Lula durante la videoconferencia que mantuvo con Moro: “Esto para nada es una mancha. La colección tiene más valor histórico que material”.
Cardoso desestimó otro de los argumentos de la fiscalía contra Lula, que sostiene que la ampliación de la base parlamentaria de su gobierno forma parte de un proyecto criminal de poder. “Ningún presidente -dijo Cardoso ante Moro- puede gobernar si no hace alianzas y logra mayoría para aprobar sus proyectos".
La defensa de Lula había pedido que se aplazaran las audiencias 15 días por la muerte de la ex primera dama Marisa Leticia, pero Moro no lo autorizó porque esgrimió que Lula nunca había participado de las declaraciones. Con lo cual, hoy también fueron llamados a declarar los ex decanos de la Universidade Bandeirantes de Sao Paulo (Uniban), Heitor Pinto y Silva Filho, por una invitación que esa institución le había hecho a lula para crear un museo sobre su presidencia. “Me llamaron para demostrar que le ofrecimos un lugar para que pudiera dejar el legado de su historia, pero finalmente no se hizo. El espacio era pequeño para el legado de Lula”, le dijo Pinto a Moro.