La convocatoria del Gobierno a la oposición se está convirtiendo en una novela epistolar. Luego de que el presidente Mauricio Macri enviara una carta llamando a los que él consideró que son los precandidatos presidenciales (incluida Cristina Fernández de Kirchner), a los gobernadores, empresarios, la CGT y las iglesias, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna decidió contestarle, claro que sí, con otra carta. “La búsqueda de consensos tiene que ser genuina sin buscar posicionamientos mediáticos o electorales”, lo amonesta en la carta. El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, escribió su propia carta para recordarle a Macri las promesas incumplidas en otras convocatorias. El gobernador de La Rioja, Sergio Casas, dijo que el llamado “llega tarde”. En la Rosada todavía no hay fecha para las primeras reuniones. Y ya aclararon que no serían con el Presidente, sino con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro del Interior, Rogelio Frigerio. El plan va cambiando día a día, rechazo a rechazo.
La convocatoria del oficialismo comenzó con un anuncio por los diarios, con lo que cosechó un primer rechazo inmediato hasta de los peronistas más afines. Durante el fin de semana recalcularon y el lunes Macri amplió la convocatoria: por un lado, sumó a CFK, por otro incluyó a otros sectores religiosos, empresariales y sindicales (a la vez que continuó excluyendo, por ejemplo, a los movimientos sociales).
Hasta ayer no había todavía fechas para reuniones ni con gobernadores, ni con precandidatos presidenciales, ni con nadie. En la Rosada, contenían la ansiedad de la prensa: “Hay que tener paciencia. Es una maratón, no una carrera de 100 metros”, decía uno de los habitantes de Balcarce 50, donde no tuvieron señales de CFK. “Primero nos vamos a reunir y vamos a ir avanzando con mucha discreción”, sostuvo sobre los encuentros iniciales, que estarían en manos de Peña y Frigerio. “Hemos tenido muy buenas respuestas a la búsqueda de consensos de Pichetto, de Urtubey, de distintas asociaciones civiles de la Argentina y de los representantes de los cultos”, enumeró el ministro del Interior, quien elogió la respuesta de Lavagna.
El ex ministro de Economía decidió responder a Macri por la misma vía: le mandó un mail y una carta. En su cuenta de Twitter se sacó una foto sentando contestando en la computadora a Macri. “Estoy preparando la respuesta a @mauriciomacri por su correo. Le enviaré mis consideraciones a los puntos que plantea”, tipeó. En la carta a Macri, Lavagna le dice que “hay un ferviente convencimiento mío de que la búsqueda de consensos es absolutamente central y tiene que ser genuina sin buscar posicionamientos mediáticos o electorales”. Le pidió que la discusión sea “despojados de la cuestión electoral. Las partes siempre tienen que estar dispuestos a ceder y acordar si lo fundamental está preservado. Los consensos se logran no entre iguales sino entre quienes tienen aproximaciones diferentes”.
Luego hace un desglose uno por uno de los puntos que propuso Macri. Le dice, por ejemplo, que su búsqueda del equilibrio fiscal “logrado por medio de un estancamiento y recesión económica que lleva ya ocho años, no es ni viable, ni sostenible en el tiempo”. También le cuestionó que plantee que el Banco Central sea el que fije la política monetaria. Sobre la reforma laboral, le indicó que “la legislación laboral no crea empleo por sí solo. Se crea empleo cuando la economía crece de manera estable”. Sobre un posible default, Lavagna le recuerda “la enorme deuda tomada en los últimos 3 años” y plantea “un proceso serio de alargamiento de las fechas de vencimiento de lo adeudado con al FMI”. “Sería positivo que el Gobierno, aprovechando sus relaciones con el FMI, sea quien de forma inmediata inicie un proceso que de sostenibilidad de la deuda”, les recomienda. En suma, Lavagna le recordó una y otra vez que las políticas del macrismo lo llevaron a una recesión con inflación alta.
CFK no dio señales de si también contestará por carta, si aceptará un encuentro con Macri o cual será su respuesta. El ex jefe de Gabinete Alberto Fernández había advertido que el pliego que puso a consideración Macri “es una trampa”. “Intentaron hacer el acuerdo como una picardía y hasta sus socios se asustaron”, indicó. Por su parte, el ex secretario general de la Presidencia Oscar Parrilli no descartó que CFK acepte sentarse a hablar con el Presidente. “Cristina siempre se ha sentado a hablar con todo el mundo. No descarto que se junte a hablar con Mauricio Macri. ¿Cuándo se ha negado a hablar?”, se preguntó. En la Rosada leyeron con interés esa declaración.
No obstante, Parrilli también dijo que “piden opinión sobre políticas públicas que implementaron durante tres años y llevaron al fracaso a la Argentina. Parece que quisieran arrastrar al resto en esta caída que ellos tienen. Es una puesta en escena para distraer la atención de la grave crisis que se está viviendo”.
En la Marcha de Antorchas organizada por el Movimiento Evita ayer al cumplirse 100 años del nacimiento de Eva Perón, el diputado Máximo Kirchner respondió irónicamente a propósito de los diez puntos de Macri. Máximo le respondió al Gobierno con una propuesta de cuatro puntos: “desayuno, almuerzo, merienda y cena todos los días para todos”, dijo en el cierre de la movilización al Monumento al Trabajo.
El gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, escribió otra carta en la que le recordó a Macri que ya fue a distintas “convocatorias realizadas por su gestión a las que acudimos en busca de consensos, los que, una vez alcanzados, fueron incumplidos”. Le recordó al Presidente que no los consultó antes de acudir al FMI o endeudar a la Argentina. “Su carta tiene la limitada intención de justificar lo hecho”, le espeta.
El gobernador de La Rioja, Sergio Casas, indicó que la convocatoria “llega un poco tarde” y destacó que el Estado nacional adeuda fondos municipales.
En tanto, el Partido Obrero en el FIT –que no fue invitado a participar– emitió sus propios diez puntos “del pueblo trabajador”, entre los que propuso no pagar la deuda contraída y romper “el pacto colonial con el FMI”.