“Si usted no viene a nosotros, nosotros iremos a usted”. Con esa explicación, las víctimas argentinas de abuso sexual eclesiástico le exigieron al papa ser recibidas en el Vaticano. El pedido se hizo a través de una carta que organizaciones locales e internacionales que luchan contra el abuso clerical hicieron pública este martes, durante una conferencia frente al Próvolo, en La Plata. Allí solicitaron al embajador argentino ante la Santa Sede, Rogelio Pfirter, “que comience los preparativos para una reunión”.
“Cuando dejó nuestro país para convertirse en Papa nos dejó atrás y dejó atrás a sacerdotes que nos dañan en las iglesias y escuelas. Esta semana, cuando se reunió con obispos en Roma, les dijo que no volverá a la Argentina. Si usted no viene a nosotros, nosotros iremos a usted”, explicaron a Francisco las víctimas de abuso.
En el escrito también manifestaron su preocupación por la “falta de tolerancia cero en Argentina” y la “ocultación de los casos”. “Cuando éramos pequeños fuimos llevados por sacerdotes a donde no queríamos ir, a un lugar terrible. No queremos volver a ese ocultamiento”, le recordaron.
La carta se difundió este martes frente al Instituto Próvolo, en La Plata. “El mundo se empieza a dar cuenta de que el Papa parece no ser capaz de tener una relación, por algún motivo extraño, con las víctimas en su propio país”, dijo Peter Isley, de la fundación estadounidense Ending Clergy Abuse. Y advirtió: “La oscuridad va a permanecer por siempre en el legado del Papa si no tiene la valentía de oír frente a frente a las víctimas”.
En el mismo sentido, el director de Adultos por los Derechos de la Infancia, Sebastián Cuattromo, consideró que será el “poder eclesiástico el que quedará más a contramano si no nos escuchan”. Cuattromo fue víctima de abuso en el colegio Marianista, cuando tenía 13 años. Aunque su abusador finalmente fue condenado, hay miles de casos que aún siguen en la penumbra: “Hoy reclamamos que el papa reciba a las víctimas y pedimos la tolerancia cero para los abusadores. Lamentablemente aún faltan respuestas de las máximas jerarquías”, expresó.
Julio Frutos, padrino de una de las víctimas del ex capellán del Servicio Penitenciario Bonaerense, Eduardo Lorenzo, también denunció el silencio de las jerarquías: “desde que formulamos la denuncia venimos recorriendo un largo camino de encubrimiento”, dijo Frutos. Y concluyó: “El delito sexual es del silencio, nosotros queremos ponerle palabras y visibilizar esta verdad. Tenemos la esperanza de que esto se pueda alumbrar para que nunca más pase”.