La banca pública decidió hacer punta en el arranque de la disputa por los ahorristas en plazo fijo, que a partir de este mes pueden abrir un certificado de depósito a plazo en cualquier institución bancaria sin ser clientes. Al anuncio del Banco Nación que a comienzos de esta semana elevó al 55 por ciento anual el rendimiento que ofrece a los depósitos a plazo fijo on line, ayer se sumó el BICE con un ofrecimiento del 50 al 56 por ciento dependiendo del plazo. Con esta política, la banca pública intenta arrastrar al sector privado a seguir la misma política para atraer a los pequeños inversores hacia las colocaciones en pesos, después que en el mes de abril el sistema financiero tuvo, por primera vez en mucho tiempo, un saldo negativo en el stock de depósitos a plazo comparados con el cierre del mes anterior.
Entre los bancos privados, los que más tasa ofrecían a través de la página del Banco Central figuraban el HSBC, con 50,75 por ciento, Formosa con 50 por ciento, el Macro con 48,15 y Credicoop con el 48 por ciento.
En los días de frenética fuga de capitales que se sucedieron a lo largo de la segunda quincena de abril, los plazos fijos también sufrieron la sangría que se vivió en las colocaciones en títulos públicos y acciones argentinas, corrida que tuvo como protagonistas principales a los inversores grandes y medianos (depósitos de más de un millón de pesos). Las cifras oficiales revelan una pérdida nominal de más de 13 mil millones de pesos a lo largo del mes de abril en el stock de depósitos a plazo fijo en el conjunto del sistema financiero. Si bien en términos proporcionales la fuga no es tan significativa (no llega al 1,2 por ciento del monto total), sí lo es teniendo en cuenta que es el primer saldo negativo en términos nominales desde junio de 2018, pero por una cifra que duplica la salida de esa fecha. No hay histeria en el gobierno, sí preocupación, lo cual explica la actitud asumida por los bancos oficiales desde el inicio de esta semana.
Los plazos fijos en pesos buscan competir con el dólar, pero en medio de una corrida de la moneda estadounidense en la que cualquier pronóstico se queda corto a los pocos días de ser formulado, las posibilidades de seguirle la carrera son complicadas. De hecho, los analistas señalan que la salida de los ahorristas de los plazos fijos se verifican particularmente en las semanas en las que sube el dólar, como quedó de manifiesto en la segunda mitad de febrero y luego a lo largo de abril (con un proceso de cierta calma en el medio, durante el mes de marzo).
La contracara de la suba de tasas de interés para el consumidor es la imposibilidad de conseguir un préstamo en el sistema bancario a una tasa razonable, situación que ya se venía evidenciando en el derrumbe de la oferta y ahora es probable que se agudice todavía más.
De hecho, en el último año el stock de crédito de la economía anotó una suba de sólo 3,4 por ciento, contra una inflación de más de 54 por ciento. Esto implica que la caída real del financiamiento productivo y para consumo fue de aproximadamente el 33 por ciento. Los datos surgen de un relevamiento de la consultora First Capital Group. Todas las líneas de crédito mostraron un fuerte retroceso y permite observar el nivel de contracción de la actividad económica en el mercado interno.
“Luego de una leve alza en el mes de marzo que no pudo sostenerse, el financiamiento global presentó nuevamente un retroceso, debido a la suba de tasas motivada por las restricciones monetarias impuestas por la política económica que busca desacelerar la tasa de inflación y contener la presión sobre el tipo de cambio”, explicó Guillermo Barbero, socio de la consultora.